El Salamanca acaba con el hechizo

El Salamanca puso fin a la racha victoriosa del Compostela en San Lázaro. Después de seis partidos sin mancha, un equipo modesto, con una filosofía de juego muy similar a la del Compostela, logró puntuar en un campo donde cayeron nombres ilustres como Deportivo, Barcelona y Athletic. El partido fue feo y bastante aburrido, de esos cuyo curso sólo puede cambiar con un toque de genio o un golpe de fortuna. Pero esta vez el pie mágico de Ohen no apareció y el Compostela acabó resignado a su suerte. Le cabe el consuelo de que será difícil que aparezca por su estadio otro rival tan rocoso y que deje tan pocos resquicios para atacarlo. El Salamanca, un equipo en el que sólo sobresale la presencia de Del Solar, se mostró en todo momento como un bloque casi inabordable.El partido se resintió del gusto por la táctica de ambos entrenadores. Tanto Lillo como Vázquez son partidarios de jugar en la pizarra antes de que los jugadores salten al campo, y en estos casos el perjudicado suele ser el espectador. La disposición táctica sobre el terreno de ambos equipos evitaba cualquier sorpresa. Ni siquiera el Salamanca permitió al Compostela la salida en tromba que acostumbra a hacer en su estadio. Sólo un gol podía romper el partido a favor de uno de los dos contendientes.

Pero, a pesar de las fases de juego anodino en el centro del campo, no faltaron las ocasiones de gol. Christensen, muy luchador, fue el único capaz de desbordar a la defensa contraria con su velocidad. Rozó el gol en varias ocasiones, pero le faltó acierto en el remate. El Salamanca también tuvo sus opciones, especialmente en un mano a mano de Del Solar con Falagán, que el peruano no supo resolver.

El partido no tuvo un dueño claro. Ninguno de los dos equipos creaba peligro cuando iniciaba el ataque desde su campo. La única opción de sorprender llegaba cuando alguien robaba un balón y cogía a contrapié a la defensa rival. Lillo consiguió tapar casi por completo una de las vías de penetración favoritas del Compostela: la banda de Nacho. El lateral lo intentó, pero en sus internadas se encontraba casi siempre con dos hombres que le cerraban el paso. Fabiano, perdido en la maraña de centrocampistas tejida por Lillo, tampoco lograba conectar con Ohen y Christensen.

Tras el descanso, Vázquez movió ficha y sacó a uno de sus centrales para dar entrada a Mauro y oxigenar así la banda derecha. Pero el atasco del Compostela era mayúsculo y la situación no mejoró. El equipo local comenzó a tener más tiempo el balón en su poder pero, paradójicamente, cada vez llegaba menos al área contraria. El Salamanca iba confiando más en sus fuerzas y no se olvidaba de amenazar la portería contraria. Del Solar volvió a rozar el gol en un cabezazo que hizo tambalear la fortaleza del Compostela en su feudo.

Sólo en el arreón final sintió el Compostela que podía recomponer la situación y mantener su racha de victorias. Fabiano y Eraña fallaron dos ocasiones claras, pero esta vez falló el hechizó.