Una dudosa costumbre
Tocar los genitales se ha puesto de moda en el fútbol brasileño
La costumbre cada vez más frecuente entre los futbolistas brasileños de poner las manos en los órganos genitales, propios o ajenos, tanto para felicitar como para agredir, empieza a costarles caro. El Tribunal Especial de la Confederación Brasileña de Fútbol sancionó duramente a Edmundo, del Flamengo, y a Nelson, del Vasco da Gama, por comportamiento inadecuado.En un partido ante el Cruzeiro, Nelson apretó con la mano los testículos del jugador adversario Luiz Fernando. La insólita técnica defensiva le costó a Nelson una suspensión por cuatro partidos. El caso de Edmundo, quien inició, su carrera en el Vasco da Gama y juega actualmente en el Flamengo, fue un poco diferente. Hace dos semanas, cuando jugó contra su antiguo club, los hinchas del Vasco da Gama, que hace tres años lo adoraban, le sometieron a un intenso abucheo. El jugador respondió levantando hacia la tribuna la mano derecha con el dedo corazón estirado. Como el abucheo continuaba, un poco más tarde se llevó las manos a los órganos genitales y los sacudió sin el menor pudor.
El tribunal lo suspendió por 40 días. Edmundo quiso justificarlo de mala manera argumentando que, "desde niño" tiene la costumbre de permanecer el día entero "con la mano en el Braulio [nombre con el que se conoce popularmente en Brasil al pene]".
Pero la mayor novedad ocurrió hace una semana. El Fluminense festejaba su primer gol ante el Guaraní y el jugador Aílton cogió cariñosamente los órganos sexuales del autor de la conquista, Rogerinho. Éste comentaría más tarde que el gesto de Aílton no fue intencionado: "Es probable que él quisiera abrazarme por la cintura y su mano resbalase cuando festejábamos el gol".
La proliferación de estos casos en el fútbol brasileño ha abierto hasta un debate público sobre la virilidad de los jugadores y ha alarmado a los dirigentes. Empiezan a abundar últimamente testimonios, entre los que se incluyen algunas declaraciones del propio Romario, un heterosexual indomable, quien aseguró que había muchos homosexuales en el fútbol brasileño y que para advertirlo bastaba con detallar "cómo te miran en el vestuario".
Gilberto Alvez, ex delantero del Fluminense y de la selección brasileña, fue más explícito en un detalle. Recuerda haber pedido en una ocasión a su entrenador ser sustituido porque un rival pretendía cazarlo: "El tipo se pasó buena parte del partido queriendo ponerme la mano en el negocio. Y no era como arma de marcaje".
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