Los socialistas buscan un candidato que transmita "serenidad" por si González no se presenta

La dirección socialista se ha marcado un objetivo prioritario ante las elecciones previstas para marzo: romper la imagen del PSOE como principal culpable de la crispación política. La avalancha de escándalos ha provocado una falta de credibilidad de tal calibre, a juicio de numerosos dirigentes socialistas, que impide al PSOE rentabilizar la desconfianza que inspira la política económica y social del PP. Este asunto pesará en la elección del cabeza de cartel si Felipe González decide no presentarse. El nuevo candidato tendría que transmitir "serenidad y tolerancia", frente a la "tensión y agresividad que los socialistas atribuyen al PP. En ese caso, Javier Solana tiene muchas posibilidades de resultar elegido por sus compañeros.

Aunque los expertos electorales socialistas aseguran que el PP no despierta confianza en cuanto a la política económica y de servicios sociales, eso no les consuela en absoluto, ya que su partido ha caído hasta un nivel ínfimo de credibilidad por los escándalos en los que está envuelto.De esta cuestión se ha tratado intensa pero discretamente en las cinco reuniones que ha convocado el secretario de estudios y programasdel PSOE, Joaquín Almunia, con asistencia de ejecutivos del partido, altos cargos, parlamentarios y ministros. La primera de estas reuniones se celebró en julio y la última el pasado sábado. Todavía no se ha entrado estrictamente en el programa electoral, sino en "algunos de los ejes del discurso político" que presentarán a los ciudadanos.

Antes de discutir sobre la definición de estos ejes, los reunidos han debatido ampliamente sobre el diagnóstico de la situación. En suma, una exposición de las causas de los muchos males que les aquejan. Los expertos electorales que asisten a estas reuniones, entre los que destaca Julián Santamaría, actual director del departamento de Comunicación de PSOE, aseguran que los ciudadanos consideran que ningún partido como el socialista garantiza cuestiones básicas como la cobertura del desempleo, las pensiones y la sanidad universal y gratuita.

Un responsable socialista se refería a la falta de credibilidad de su propio partido con estas palabras: "Nosotros ofrecimos el cambio del cambio en 1993, y, aunque se han tomado muchas medidas legislativas y políticas [en referencia a las dimisiones] para demostrar esta voluntad, los escándalos las han tapado. Sólo queda, de momento, la percepción de que somos los culpables de la crispación política, que ha derivado en crisis política, y esa crisis nos quita a nosotros toda credibilidad".

En todo caso, el estribillo de los dirigentes socialistas sigue siendo el mismo: que Felipe González "es el mejor candidato", a mucha distancia de cualquier otro, y que las presiones sobre él continuarán.

Hoy mismo, el acto electoral en Barcelona al que asistirá Felipe González en apoyo al candidato socialista a la presidencia de la Generalitat catalana, Joaquim Nadal, se convertirá en una multitudinaria, aunque indirecta, petición a González para que vuelva a ser el candidato de los socialistas a la presidencia del Gobierno de España. Si los actos de los socialistas catalanes en el Palau Sant Jordi suelen resultar más que espectaculares, hoy piensan rizar el rizo. González se encontrará con una presión emocional "difícil de resistir", según los organizadores del acto.

No obstante, hasta ayer las posibilidades de que González se presente como candidato se guían bajando, por lo que el PSOE trabaja con la hipótesis de que sea otro el cabeza de cartel. "Un candidato que mezcle continuación y cambio, porque nuestro 30% fijo [el llamado suelo electoral] no quiere la antítesis de González; pero también alguien que haya estado ajeno a los avatares de los dos últimos años", según fuentes gubernamentales, que añaden: "Alguien que de imagen de tolerancia, que no tenga enemigos, frente a la tensión y agresividad del PP".

Los dirigentes del PSOE que se expresan en este sentido concluyen que Javier Solana, ministro de Asuntos Exteriores, se ajusta a estas, características. Pero este debate ha sido aplazado por González hasta mediados de diciembre.

De momento, las decenas de personas que se reúnen para discutir sobre el programa electoral hablan de otras cosas. Mensajes y políticas específicas para los jóvenes han ocupado una buena parte de estos actos, que constituyen los prolegómenos de la elaboración del programa.