DE LA TOGA AL HÁBITO

La juez Inés Talignani, de 34 anos, que, aunque natural de Brescello, el pueblo de Peppone y Don Camillo, ejercía en la Audiencia siciliana de Caltanissetta, ha tomado una decisión a lo hija de don Juan Alba y se ha metido a monja, concretamente carmelita. Para quien piense que el cambio de uniforme, meditado en 1992, tras los asesinatos de los jueces Falcone y Borsellino, se debe a cómo está el patio en la justicia italiana, su señoría, o sor Inés, mejor dicho, puntualiza que echa de menos su profesión, que no le ha defraudado y que volvería a elegirla. Ella se ocupaba sobre todo de delitos ambientales en una audiencia empapada de sumarios de la Mafia, y afirma que veía muchos desgraciados que le contaban dramas que no podían, no debían, influir en su trabajo. Ahora, dice, ha encontrado un evangelio vivido sin compromisos ni posibilidad de trepas ni altos vuelos, lo cual a ella le mola mucho más que la toga.-