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UN PLENO AGITADO

Tres manifestaciones unen sus quejas contra el alcalde en la plaza de la Villa

Elsa Fernández-Santos

La pequeña plaza de la Villa sirvió ayer de altavoz a tres protestas. Los vecinos de Moratalaz que no quieren la instalación en su distrito de un dispensario de metadona para toxicómanos; los vecinos del poblado dirigido de La Elipa, afectado por una enfermedad que resquebraja sus edificios, y los taxistas de la Federación Profesional del Taxi, que reivindican el pago de las mamparas protectoras, coincidieron para exigir al alcalde, José María Álvarez del Manzano, respuestas.

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Los tres grupos compartieron tiempo y espacio, pero de forma Improvisada ordenaron sus gritos. Primero protestaban unos; luego, otros, y, sin pisarse los mensajes, a cada uno le dio tiempo a decir lo suyo.Fueron los de Moratalaz -más y mejor organizados- los que más alto subieron el volumen de sus reivindicaciones. "Hasta tienen autobuses, se han organizado mucho mejor", señalaba Adoración, una de las mujeres de La Elipa que exigen la rehabilitación inmediata de los edificios enfermos en los que viven desde hace 14 años. Estas caras, cinco bloques de un poblado de 1.200 viviendas, tienen, según los afectados, grietas en las que cabe una mano. "Hasta que no ocurra un desastre no nos harán caso, y entonces será demasiado tarde".

"Exigimos entrar dentro del área de rehabilitación de edificios de la periferia. Si nos lo deniegan será un desastre, cualquier día se nos caen las casas encima", añadió Adoración. "¡A este señor sólo le interesan las fiestas y las ovejas!", exclamó otra vecina de La Elipa. "Eso sí, cuando ocurra algo vendrá a darnos el pésame". En la antesala del pleno, la portavoz de los vecinos del poblado dirigido de La Elipa entregó al alcalde dos trozos de ladrillo desprendidos y de uno de los edificios. Álvarez del Manzano señaló que el Ayuntamiento ha ayudado a estos vecinos, pero que el asunto corresponde al IVIMA. "Todos iguales, siempre echando balones fuera", afirmó una vecina.

Al grito de los de La Elipa -"¡Alcalde, la casa se viene abajo, y tú, ni caso"- le siguió el de los de Moratalaz -"Hospitales sí, barracones, no!"- Los vecinos de Moratalaz aterrizaron con una organización espectacular: autobuses para los trabajadores que tenían que volver a sus obligaciones, autobuses para los que tenían que ir a recoger a sus hijos y autobuses para los que se quedaran hasta el final; panfletos fotocopiados, megáfono y hasta una canción protesta. La instalación de un dispensario de metadona en el distrito ha logrado movilizar al barrio. "No estamos contra el centro de metadona en el barrio, sino contra su ubicación", señalaba una vecina, mientras los demás gritaban: "¡Hay un concejal [lsaac Ramos] que es un arrogante y quiere envenenar el barrio!".

Los taxistas, unos 30, fueron -por cantidad- los más discretos. El alcalde señaló que podrían haberse ahorrado su presencia. "Lo que piden ya está concedido", señaló. El pleno destinó 15 millones para ayudas en la instalación de mamparas.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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