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FÚTBOL NOVENA JORNADA

Prodigio en Balaídos

El Celta golea al Sevilla y se aparta del destino que les une desde agosto

Prodigio en Balaídos. Después de cinco meses de consecutivos tortazos en Vigo, el Celta obró su particular milagro. Sacó adelante un partido en el que estaba en juego el último puesto de la tabla, rehabilitó, a Gudelj como goleador, e incluso recuperó del ostracismo a un jugador de la cantera como Carlos, condenado en los últimos tiempos a ver los partidos desde la grada. A la primera victoria celeste en su casa desde el mes de mayo contribuyó su nuevo técnico, Fernando Santos, que dio otro aspecto al equipo, y sobre todo un Sevilla enfermo y vulgar, un equipo formado por un plantel de jugadores de contrastada calidad pésimamente dirigidos por Juan Carlos Álvarez, otro debutante. La victoria es un bálsamo para los nervios que atenazan al Celta del verano a esta parte y compromete la credibilidad del Sevilla, el otro gran protagonista del agitado mes de agosto.La falta de recursos del Sevilla para frenar al Celta fue determinante. El experimento de colocar a Juanito por delante de la defensa duró sólo 15 minutos, los mismos que Diego permaneció en el campo. Cumplido el cuarto de hora, el central sevillista frenó una carrera de Sánchez cuando encaraba a Unzué y el árbitro lo envió a los vestuarios. Fue un lance determinante, porque Álvarez resolvió incrementando la nómina defensiva. Juanito volvió a ser el zaguero más retrasado y Moacir se alejó tanto de Suker que abrió una inmensa zona del campo donde se instaló Eusebio, que dirigió el juego del Celta sin que ningún sevillista entorpeciese su labor.

El nuevo técnico del Celta no ha resuelto las indecisiones defensivas, pero ha logrado un cambio radical de su centro del campo. El sustituto de Carlos Aimar recuperó a los jugadores clave y dotó de profundidad a los hombres de la zona ancha, la más castigada por las dudas. Cuando el Sevilla rectificaba posiciones, ya con 10 hombres en el campo, una combinación en vertical que comenzó en Eusebio, siempre en solitario, y culminó Gudelj rompió el partido y desintegró al Sevilla. Lo que cualquier entrenador hubiese solucionado persiguiendo al ex barcelonista por todo el campo lo intentó arreglar Álvarez retirando a Carlos y dando entrada aun Marcos que nunca llegó a encontrar su sitio.

La osadía del técnico sevillista llegó más lejos cuando en el descanso retiró a Suker, el único de los andaluces que dio la sensación durante el primer tiempo de que el signo del partido podía cambiar. Y adelantó la defensa, un riesgo que terminaría por costarle la expulsión a Juanito cuando derribó a Gudelj. El sistema, no obstante, le estaba dando buenos resultados, pero ya con nueve hombres el Sevilla se limitó a participar como invitado en el festival céltico. Antes de que Gudelj repitiese, Carlos agarró un balón entre líneas, se plantó con él al borde del área pequeña y batió a Unzué. El tanto levantó a los aficionados de sus asientos.

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