_
_
_
_
_
COMPETICIONES EUROPEAS: COPA DE LA UEFA

La efectividad lanza al Barça

El Guimaraes creó dificultades, pero Kodro, por dos veces, y Celades resolvieron

Ramon Besa

Vive el Barça una luna de miel. Montado en un columpio, el curso, sólo depara buenas noticias. Núñez habla de Cruyff como si quisiera concederle una pensión vitalicia. El entre nador vuelve a divertirse. La hinchada ya no riñe, sino que canta. Y el equipo se arremolina en torno a la calva de Iván, o al cuello de Kodro, o a al pelo a cepillo de Celades, o la nuca de Figo. Da igual que sea sábado, domingo o martes. Que se juegue la Liga o la UEFA. Que haga calor o frío.El Barça un equipo tremendamente fértil. No malgasta un solo remate. Cualquier partido queda resumido en 10 jugadas. Tal efectividad no tiene antecedentes. Los rivales abandonan el campo sin encontrar una explicación al marcador. El Vitoria no fue una excepción.

El equipo que dibujó Cruyff tenía buen color y sin embargo, una vez repartido en el campo quedó retratado en blanco y negro. El grupo, sufrió inicialmente como nunca. No sólo por el regreso a la defensa de tres (prescindió de un central), sino por su propia concepción ofensiva. Guardiola no encontró la línea de pase, Iván de la Peña quedó inutilizado como volante izquierdo, Bakero reguló más que avanzó y la alineación de Kodro supuso el mejor referente para la organización del juego del Vitoria. Poner a un ariete fijo en un colectivo plagado de jugadores con mucha llegada pero sin extremos natos supone, generalmente, una concesión al rival cuando se sale al ataque.

El Vitoria de Guimaraes impuso un ritmo cansino en su propia parcela que le permitió una ocupación muy racional de los espacios y afrontar cada jugada con un futbolista de más. El caudal ofensivo del Barcelona quedó reducido inicialmente al zapatazo de Roger desde la ventana del área. No había manera de entrar en la zona de remate portuguesa. Le faltó toque, precisión, velocidad y desmarque para poder maniobrar y desarmar la poblada defensa forastera.

Únicamente cuando Roger cambió a la banda derecha y conectó con Celades llegaron los azulgranas con franquicia al marco rival. Neno estuvo entonces soberbio. Sacó dos remates de gol y hasta rechazó el penalti lanzado por Kodro, pese a que no pudo detener el segundo remate del bosnio. El Vitoria fue un equipo con más cuerpo que el barcelonista y, además, tuvo más cerca el gol, por su buena transición defensa-ataque cuando recuperaba el cuero. Busquets sacó hasta tres remates que tenían muy mala pinta para el bando local. La falta de actitud defensiva de Iván de la Peña y el desplazamiento de Roger a la otra banda dejaron a Sergi con 40 metros por cubrir en el carril izquierdo, y ahí metió mano el colectivo portugués.

Pese a la bondad del marcador, el partido pintaba tan mal que Cruyff optó en la segunda parte por asegurar el control defensivo. Dio entrada a Nadal en sustitución de Guardiola y, más tarde, sustituyó a Iván de la Peña por Carreras. El grupo fue creciendo con el discurrir del tiempo. Primero se encontró con un gol de rebote de Kodro y después con otro de Celades. Letal y certero, el Barcelona no desaprovechó el desconcierto del Vitoria de Guimaraes, decapitado en cuanto asomó la cabeza para otear el empate.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_