Las gatas de Gata
Acoso, censura y veto del prodigioso siberiano Gata Kamsky
La bella Bella, la jovencísima belle-mère judía Kamsky, juguetea con las gatas de Gata. Dos revoltosas que, habiendo cumplido el segundo mes de vida, imponen su vivaracho ritmo a la casa.
Roustam Kamsky. Con su fantasmagórica asociación, la PCA, Kaspárov trata, de impedir a Gata, mi hijo, ser el más joven campeón del mundo de la historia del ajedrez.
Gata Kamsky. [Bromeando]. ¡Cómo tiene que gozar sabiendo que, a pesar de todo, soy el más joven finalista!
Arrabal. En verdad hizo todo o que estaba en su poder para impedirlo.
Las gatitas tienen nombres siberianos. Pero una de ellas se llama Kuzia, que es patronímico de macho. Los Kamsky y sus amigos tomaron por indicios de testiculitos lo que sólo era femenina conformación. La gata con nombre de gato es, por cierto, la más gata de las hermanitas.
A. ¿Cuándo te fuiste a Rusia?
Gata. En marzo de 1989; tenía 14 años.
A. ¿Emigraste por motivos políticos?
Gata. (Riendo). ¿Yo? ¡Qué va!
Roustam. Kaspárov veta su presencia en los torneos.
Gata. Lo peor que puede ocurrirle a un jugador es el no poder participar en torneos.
Roustam. ¡Como si a un pianista le impidieran tocar el piano o le serraran las manos!
Mosia, que tal es el nombre de la gatita con nombre femenino, ha decidido convertir mis calcetines en juguetes. Su hermana la vigila escondida dentro de uno de mis zapatos. En casa de los Kamsky se vive a la hora asiática, descalzos y sentados en alfombras.
A. ¡Hay que ver lo que se escribe contra ti, Roustam! Dicen que eres "un padre abusivo", "un violento", un ser con un "tremendo complejo de inferioridad".
Gata. Creo que es la persona más calumniada del ajedrez. [Divertido]. Algunos pretenden incluso que yo estoy contra él.
Roustam. Toda esta basura la escriben ex jugadores que tienen acceso a la prensa, pagados por la PCA para difamar a Gata a través de mí. Como son pocos, van repitiendo las mismas calumnias por todas partes. Con uno de ellos tuve la debilidad, pensando que estaba mal informado, de darle todos los documentos que probaban mi inocencia.
A. Soy testigo de que te han ocultado los faxes que te envié, por ejemplo, a la India.
Gata. Lo más chistoso. es que afirman que esta censura se hizo con mi consentimiento.
Bajamos a la bodega de la casa y Kamsky me desafía al pimpón. Mosia y Kuzia siguen la partida con una atención saltarina. Hacen el papel de recogepelotas, pero se resisten a devolverlas.
Gata. Las cuentas de la PCA son las del Gran Capitán.
Roustam. En diciembre de 1993, la PCA anunció que Intel le había dado, como patrocinador para 1994 y 1995, siete millones de dólares. Pero, según sus propias declaraciones, sólo gastaron 1,2 millones en 1993-1994 y 1,8 millones en 1995.
Gata. Tres millones en total.
A. ¿Qué pasó con los cuatro restantes?
Roustam. La respuesta la conocen únicamente Kaspárov y sus socios de la PCA.
A. ¿Nadie les ha preguntado públicamente por ese desfalco?
Roustam. A sus conferencias, de prensa sólo asisten ex jugadores a sueldo de la PCA.
En un angosto y larguísimo pasillo de la bodega, los Kamsky han apañado un simulacro de centro de tiro al arco olímpico. Las dos gatitas, cuando nos ven elegir flechas, suponen que es un juego aún más divertido. Bella y Roustam se encargan, con dificultad, de impedir que se pongan a tiro.
A. Antes había un coeficiente, el ELO, que daba con cierta fiabilidad la fuerza de cada jugador.
Gata. Ahora hay dos: el de la FIDE y el de la PCA.
Roustam. El segundo es una manipulación para servir los intereses de Kaspárov, que nadie toma en serio. Y el de la FIDE no toma en cuenta ciertos torneos ganados por Gata.
A. Contando todas las partidas, sin discriminación, ¿cuál es hoy la clasificación de los mejores jugadores mundiales?
Roustam. De la manera más precisa ha sido calculado. El primer jugador del mundo es hoy Gata Kamsky, seguido de Kárpov e Ivántchuk. Kaspárov sólo alcanza el quinto puesto.
La joven Bella, sólo ocho años mayor que Gata, me muestra un vídeo en el que se ven algunas de las provocaciones o asaltos que Gata ha soportado en los torneos. Por ejemplo, la agresión verbal que sufrió durante una partida contra Short en Linares, que le costó su única y asombrosa derrota. Mi amigo el cineasta Luis Argueta nos filma a todos mientras las gatitas tratan de protagonizar la escena jugando al escondite delante de la pantalla o de la cámara.
A. ¿Cada cuántos años debería jugarse el campeonato del mundo?
Gata. Para mi gusto, todos los años.
Roustam. Kaspárov, asustado, impone un ciclo de tres años, y además, eligiendo rivales fáciles. Los jugadores Y las federaciones nacionales pidieron en Manila que el ciclo sólo fuera de dos años.
Gata. Los jóvenes maestros piden lo que yo: un campeonato cada año.
Roustam. A causa del boicoteo del verdadero campeonato del mundo, Kárpov-Kamsky, el ciclo de torneos preparatorio está detenido, como el interzonal. Las principales víctimas son los jugadores.
Bella me ofrece, tras la cena, su kampote: una taza transparente, llena de agua cristalina, con su melocotón entero dentro. En un instante de descuido, mientras su hermanita nos distraía con sus piruetas, Kuzia mete su patita en mi taza queriendo jugar al waterpolo con la fruta.
Roustam. La PCA es una asociación como dice, entre otros, Sálov, antidemocrática e injusta, creada para castigar a los jugadores rebeldes a Kaspároy.
Gata. Kárpov, Sálov, Gélfand, Ivántchuk y tantos otros se negaron a participar en sus torneos calificativos.
A. Por lo visto, se repite una vez más la historia del ajedrez y de sus campeones.
Roustam. Kárpov conservó su título de campeón del mundo negándose a enfrentarse al jugador superior a él, Fischer.
A. Alekín no quiso jugar contra Capablanca. Y Morphy, el mejor jugador del siglo XIX, no pudo competir con el campeón oficioso de su tiempo.
Entre copas y trofeos figuran varias fotos de la hermana menor de Gata, Julia, vestida con su uniforme de marine. La frágil jovencita siberiana no sólo soporta el durísimo entrenamiento de este cuerpo de élite, sino que merece los elogios del general de su base. Hace un año, frente a un ordenador, me había mostrado sus extraordinarios cuadros de ciencia ficción. Los realizaba con un programa que ella misma había creado. Los Kamsky acaban de enviarle las fotos de las dos gatitas. Que, por cierto, cansadas de tanto bullicio, se han metido dentro de una de las copas de Gata y duermen, apelotonadas, en el limbo de Platero.
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