Echávarri no descarta que Induráin intente batir el récord en unos días
José Miguel Echávarri está convencido de que en estos momentos Miguel Induráin es capaz de batir el récord de la hora a pesar de que el domingo debiera abandonar su tentativa a la media hora. Después del frustrado intento, Echávarri trató de convencer a Induráin de que hiciera una prueba de 20 minutos en Cali el miércoles, pero el ciclista, que lleva 45 días concentrado -como si fueran dos Tours-, expresó su determinación de dejarlo todo y volver cuanto antes a España. Antes, hoy asistirá en París a la presentación de lo que debe ser su sexto Tour El equipo técnico del navarro mientras, investiga sobre las posibles razones del fracaso."Miguel es de ideas fijas y tiene el orgullo de los campeones", dijo Echávarri, quien aventuró que posiblemente en frío, después de un par de días de descanso, Induráin podría llamarle y decirle: "¿Por qué no lo intentamos en Burdeos, que está aquí al lado?". Al cansancio psicológico de la concentración se uniría una reacción lógica de los deportistas: después de un objetivo no cumplido se produce una frustración y un descenso de la moral. Pero también los deportistas son famosos por otra cuestión, el orgullo, una fuerza que les impide seguir tranquilos con una espina clavada.
El intento de récord fue para Induráin como la propina de un programa de preparación enfocado directamente al Mundial. Después de no ganar el oro en Duitama, el navarro se encontró con que tenía una cita ineludible después. Un compromiso que trató de acelerar al máximo. Así, la preparación específica para el récord fue corta y, en algunos momentos, precipitada.
Una de las cosas que más llamaron la atención a Echávarri el domingo fue que la evolución de los tiempos de Induráin -que estaba súper de forma, según los datos analizados por el médico, Sabino Padilla- fue muy similar a la que tuvo en las pruebas del jueves pasado. Marchó muy bien hasta el kilómetro 5 y allí empezó una curva imparable hacia abajo. El jueves, la causa se achacó al excesivo viento, pero el domingo, aunque sopló, no lo hizo con tanta fuerza. Ese dato le ha llevado a colegir que hay algo que se les ha escapado. "Falta la pieza que complete el puzzle", dice Echávarri.
Emilio Marticorena, fisiólogo peruano y uno de los máximos expertos mundiales en altitud, avanza su percepción de que quizás Induráin no se entrenó en una altura suficiente para poder rendir al máximo en 2.600 metros. Induráin ha sido el primer ciclista en intentar la hora a esa altitud, un terreno desconocido para casi todo el mundo. "Cuando se rondan los 3.000 metros", dice Marticorena, "la cuestión de la altura es un asunto muy especial". Según el experto peruano, Induráin debería haberse entrenado a 3.200 o 3.600 metros de altitud para poder bajar a rendir, su cuerpo ya evolucionado, a 2.600 metros. El cogollo de la preparación de Induráin se hizo a 2.900 metros. Marticorena habla de las ventajas, de la preparación en altura para una competición a menos nivel, mientras que el proyecto de Induráin fue una adaptación para rendir a más o menos el mismo nivel. "El entrenamiento de Induráin debió ser a un nivel más exigente", concluye Marticorena. "Además de que en altura se reduce el potencial aeróbico -el consumo máximo de oxígeno- de cualquier atleta, en Bogotá es más grave el problema de la humedad, un factor que provoca la deshidratación. El atleta no tiene conciencia clara de lo que suda, se pierde líquido de forma insensible y debe reponer más de lo que le pida el cuerpo. Acaba por tener una visión errada de sí mismo".
Si finalmente Induráin decide hacer otro ensayo esta semana, a nivel del mar sí que se vería favorecido por el duro entrenamiento en altitud que ha seguido. Si no, toda la expedición colombiana seguirá con la incógnita sobre los límites de Induráin en la hora. Y esa duda es el principal sentimiento con el que regresan a Europa.
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