Tres jugadores, acusados en Inglaterra de amañar partidos

Los futbolistas Bruce Grobbelaar, John Fashanu y Hans Segers, los tres en conjuntos de la Premier League inglesa, fueron acusados ayer formalmente por un tribunal de Southampton de amañar partidos y quedaron en libertad bajo fianza. Los tres fueron detenidos el pasado el 14 de marzo y puestos en libertad sin cargos 24 horas después. Sin embargo, la investigación siguió adelante, y Grobbelaar, Fashanu y Segers tendrán que presentarse de nuevo al tribunal el próximo 1 de diciembre. También ha sido acusado el empresario malayo Heng Suan Lim, presuntamente vinculado a un red de apuetas clandestinas de Malaisia.

El excéntrico guardameta zimbabuense Bruce Groibelaar, de 38 años, ha sido acusado de aceptar 40.000 libras (8 millones de pesetas) pagadas por Fashanu para manipular, en noviembre de 1993, el resultado del Newcastle-Liverpool. Grobbelaar defendía entonces la portería del Liverpool, que perdió aquel encuentro por 3-0.

Fashanu, jugador, de Aston Villa entre otros equipos británicos, también está acusado de pagar 19.000 libras -(alrededor de 3,8 millones de pesetas) a Hans Segers por dejarse golear en un Wimbledon-Liverpool. Segers, de origen holandés, defendía la portería del Wimbledon. Melissa Kassa-Mapsi, novia de Fashanu y sobrina del presidente de Costa de Marfil, que también fue detenida el pasado mes de marzo, sigue en libertad.

Ferguson, a la cárcel

Por otra parte, el jugador escocés Duncan Ferguson, actual jugador del Everton se convirtió ayer en el primer futbolista del Reino Unido que deberá ingresar en prisión por agredir a un contrario. Un tribunal escocés rechazó ayer su recurso contra con una condena de tres meses de cárcel dictada el pasado mes de mayo.Los hechos ocurrieron durante un partido entre el Glasgow Rangers y el Raith Rovers, de la primera división escocesa. Ferguson, que entonces militaba en los Rangers, dio un cabezazo al defensa rival John Mc Stay. El tribunal considera que la agresión del jugador "fue más allá de lo que se puede considerar un contacto físico normal en el terreno de juego".

En el momento de la agresión Ferguson estaba en libertad provisional por un hecho similar ocurrido anteriormente.

La agresión de Ferguson no fue muy diferente a la que ha provocado muchas expulsiones a lo largo de la historia del fútbol en muchos países. Tras el forcejeo entre los jugadores, Mc Stay llegó incluso a rozar con las manos a Ferguson, que reaccionó violentamente con el cabezazo.