El PP advierte al PSOE que no consentirá que la conspiración sea el eje del debate electoral

La denuncia de la trama contra el Gobierno y el Estado ha abierto un debate de consecuencias políticas aún desconocidas. El Partido Popular ha advertido al PSOE que no le tolerará que base su campaña electoral en el acoso sufrido por su presidente por parte de la supuesta trama conspirativa ni que atribuya una posible victoria de la derecha a la explotación política de los escándalos. Un portavoz del PP ha hecho llegar este mensaje a la dirección del PSOE. Pero no por ello los socialistas van a cejar en su empeño.El secretario de organización del PSOE, Cipriá Ciscar, lanzó en la noche del viernes un aviso de que las investigaciones del Gobierno sobre, la trama no han finalizado con la salida a la luz del chantaje del ex banquero Mario Conde, el ex número dos. del Cesid, Juan Alberto Perote, y el ex líder socialista Ricardo García Damborenea. Apuntó por vez primera a instancias judiciales, aunque de forma etérea.

No hablaba por hablar. Es un hecho que continúa la labor de coordinación entre los ministros de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra; de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch; y Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba; así como el director del Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano, para tratar de desmadejar el ovillo de la trama contra el Gobierno y el Estado.

A esa investigación no son ajenas algunas instancias judiciales. Tampoco es gratuita la advertencia que Pérez Rubalcaba hizo el viernes a la salida del Consejo de Ministros, cuando dijo que aún no se sabe todo de la trama y que en breve se conocerán más datos.

Si el titular de Justicia e Interior no consiguió el pasado jueves, con su intervención en el Congreso, "traspasar" lo que Felípe González invoca con angustia como "la barrera de la comunicación", a causa del boicot de la oposición a Belloch por la ausencia (le explicaciones del presidente del Gobierno, fue el secretario de organización del PSOE quien logró un día después, con sus breves declaraciones, reabrir el debate sobre la trama.

Ayer, Diego López Garrido, de Izquierda Unida (IU-IC), calificaba de "grave irresponsabilidad" las palabras de Ciscar, por insinuar que la presión del supuesto chantaje contra el Gobierno podía afectar al poder judicial. López Garrido pidió pruebas al respecto. Loyola de Palacio, en nombre del PP, manifestaba que las declaraciones de Ciscar son "gravísimas", porque "no aportan una sola prueba contra los jueces". "Los socialistas, en su intento por salvarse, están dispuestos a atentar contra- todas las instituciones", añadió.

También salió ayer al paso de las críticas a su pasividad el Fiscal General del Estado, Carlos Granados, quien se justificó diciendo: "Lo que no puede hacer el fiscal es actuar cuando no se ha cometido un delito".

Pero son los dirigentes del PP los que más preocupados se manifiestan ante la orientación que está adoptando el PSOE al explotar políticamente la trama contra el Gobierno y el Estado.

La posibilidad de que Felipe González encabece de nuevo las listas del PSOE en las elecciones generales de marzo- y que haga de la existencia de una trama contra su Gobierno y el Estado uno de los ejes de la campaña inquieta profundamente al PP.

Un conocido portavoz del PP ha expresado su malestar a la dirección del PSOE ante esta hipótesis. A su juicio, una hipotética victoria del PP en las elecciones generales de marzo no debería ser deslegitimada democráticamente con el argumento de que dicho partido se ha beneficiado electoralmente de la explotación de los escándalos montados por una trama de poderes fácticos.

Pero la dirección socialista ha hecho caso omiso a estas advertencias. En un intento de recuperar la iniciativa, ha devuelto la pelota al presidente del PP, José María Aznar, preguntándole de forma insistente de qué lado está: de la trama y sus poderes fácticos o de quienes se enfrentan a ella.