Un estudio demuestra que las gimnastas pueden tener un desarrollo normal
El mito de que las gimnastas no crecen como las demás chicas quedó reducido a cenizas en Sabae (Japón), cuando el presidente de la Federación Internacional de Gimnasia, el médico Michel Léglise, hizo públicos los resultados de un estudio realizado en Francia. La principal conclusión es que la práctica intensiva de la gimnasia desde la infancia no dificulta el normal crecimiento. Los problemas, en todo caso, surgen por los errores cometidos por los entrenadores, que obligan en muchos casos a sus gimnastas a tomar anabolizantes y otras sustancias prohibidas para retrasar su desarrollo.
Léglise explicó que el estudio, realizado estrictamente sobre chicas, responde a la preocupación y a la creencia generalizada de que las gimnastas permanecen como pequeñas y exquisitas muñecas de porcelana el resto de su vida. El planteamiento fundamental del trabajo fue: o los entrenadores eligen a sus atletas en base a su talla pequeña para evitar el problema que supone el peso en este deporte, o el entrenamiento intensivo precoz -ocho horas diarias-, que se inicia generalmente entre los cinco y los seis años, ralentiza o frena el crecimiento.
El estudio, que duró tres años, se realizó sobre el desarrollo de 35 gimnastas entre los 12 y los 15 años, que entrenaban más de 20 horas cada semana. Durante este período, unas 30 sustancias biológicas fueron objeto de pruebas sanguíneas regulares, bajo la dirección del profesor Orsetti en un hospital de Montpellier, en el sur de Francia.
Las conclusiones fundamentales fueron que el nivel de las hormonas del crecimiento es efectivamente más bajo entre estas gimnastas que entre otras jóvenes no deportistas de la misma edad. Sin embargo, el nivel se convierte en casi normal al cabo de un mes de que las gimnastas abandonan el entrenamiento. Y lo mismo ocurre cuando abandonan definitivamente su carrera deportiva. Entonces alcanzan la talla que les corresponde en cuestión de ocho meses.
Confirmación
Estas indicaciones confirman las de otros estudios anteriores referidos a la maduración ósea. Aparentemente, pues, las gimnastas de alto nivel tienen un crecimiento más escalonado que el habitual, según la intensidad de sus entrenamientos, pero no están condenadas en absoluto a quedar enanas. A la pregunta de si era posible bloquear voluntariamente el crecimiento de las gimnastas, como hicieron algunos dirigentes deportivos en la Europa del Este hace algunos años, Léglise respondió: "Puede lograrse. Pero los problemas que se derivan de ello no son beneficiosos en nada para la práctica del deporte. Podrían suministrarles hormonas de mujer adulta a las niñas y el organismo se creería efectivamente adulto".Sin embargo, el doctor Léglise lanzó un argumentó que reveló como contundente para demostrar la veracidad del informe elaborado por la Federación Internacional: "La soviética Maria Filatova, subcampeona mundial en 1981, que medía 1,44 metros a los 16 años, es hoy más alta que sus padres". Pero no indicó cuánto medían los padres.
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