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El alcalde de Las Rozas: "La carga de la Guardia Civil fue desproporcionada"

La batalla campal que la madrugada del domingo protagonizaron en el ferial de Las Rozas (44.000 habitantes) fuerzas de seguridad (guardias civiles, policías locales y guardias privados) por un lado, y jóvenes y propietarios de chiringuitos por otro, ha dividido la opinión pública del municipio. Unos 250 jóvenes se manifestaron ayer por la mañana, en la plaza del Ayuntamiento para pedir la dimisión del alcalde, el popular Bonifacio de Santiago, al que consideran responsable por no evitar los enfrentamientos, que se saldaron con 46 heridos -23 del bando policial- y 22 detenidos. Los mayores del lugar no veían con buenos ojos la protesta. Una veintena actuó de contramanifestantes: "Sinverguenzas, golfos, vagos, camorristas...", gritaron a los jóvenes.

El alcalde también nadó entre dos aguas. Por un lado, reconoció que la carga de la Guardia Civil fue desproporcionada y que un miembro del equipo de gobierno, el segundo teniente de alcalde, presente en el lugar, recomendó a los agentes que evitaran el enfrentamiento. No obs tante, Bonifacio de Santiago culpó de los incidentes a "jóvenes provocadores venidos de fuera del municipio".

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"Multitud agresiva"

Lledó anuncia una investigación de la acción policial

La delegada del Gobierno, Pilar Lledó, explicó ayer que va abrir una investigación para determinar en qué medida fue desproporcinonada la actuación policial. Para Lledó, los incidentes prendieron cuando "uno de los propietarios de los chiringuitos arengó a los demás contra las fuerzas de orden públicos guardas jurados tuvieron que huir de la multitud agresiva y reclamaron la intervención de la Guardia Civil. Estas fuerzas se vieron desbordadas ante la gravedad de los incidentes y pidieron refuerzos a los grupos antidisturbios". Lledó afirmó que 14 guardias civiles estaban ayer de baja a causa de las heridas que se produjeron durante la reyerta. Un guardia civil que salía el domingo a mediodía del cuartelillo de Las Rozas con la mano vendada "por una pedrada", añadió que hubo provocación por parte de los jóvenes.Jorge, de 21 años, propietario de otro, chiringuito, da otra versión: "Hacia las 4.30 los guardas jurados querían que apagáramos la música. Nos negamos y llamaron a la Guardia Civil. Efectivos de la Benemérita detuvieron a dos jóvenes. A uno de ellos lo empezaron a pegar porrazos sin motivo alguno. Esto exaltó a los que los rodeaban y comenzaron a insultarles y a lanzarles piedras. Esta refriega duró media hora y luego cesó. Una hora más tarde (hacia las seis), volvieron con refuerzos cuando todo estaba ya en calma. Quedaba menos gente y fue entonces cuando comenzó la batalla campal. Fue una auténtica demostración de fuerza bruta. Repartían porrazos y disparaban bolas indiscriminadamente".

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