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LA NUEVA CARA DEL FÚTBOL ESPAÑOL

'Baby boom'

La nueva generación de futbolistas españoles es la más excitante de la historia

Santiago Segurola

SANTIAGO SEGUROLA El fútbol español vive con esperanza la aparición de un grupo singular de jugadores jóvenes, una generación agrupada en torno a los mismos valores: el talento, el descaro, la personalidad y la vocación ofensiva. Saben jugar y lo manifiestan cada domingo. Encabezada por Julen Guerrero, la nómina de futuras estrellas es excitante.

Julen Guerrero. Athletic. 21 años. Es el líder de la nueva generación. Su aparición en 1992 tuvo una efervescencia sólo comparable a la de Butragueño en 1984. Jugador carismático, de los que conectan a primera vista con la grada. En el campo es un cazador. Todo su repertorio está dirigido a la conquista del gol. No es rápido ni especialmente habilidoso, pero en el área es demoledor: llega por sorpresa, consigue un metro y estás muerto. Buen pasador, con una excelente precision en los cambios de juego. Notable cabeceador, sobre todo por anticipación. Su zona preferida de acción es la media punta, donde tiene espacio y vista para sorprender. Con 21 años es el capitán del Athletic, donde ya tiene la condición de figura histórica. Si hubiera que definirle con una palaba: un ganador que sabe jugar, o al revés.

lván de la Peña. Barcelona.19 años. Era un niño prestidigitador, uno de esos muchachos que convierten el balón en una extensión de su pie. De juvenil anunció cosas grandes en el Barcelona. Ahora es uno de los mayores proyectos que jamás ha tenido el fútbol español. Su relación con la pelota es incomparable. Tiene regate, Pase y tiro. Busca y encuentra paredes con cualquiera en cualquier lugar del campo. Conduce el balón con gran facilidad. Ha jugado de medio centro, pero su posición más adecuada es como volante de ataque, donde es casi indefendible por sus rivales. Ocurre que tiene el suplemento de los mejores: una segunda mirada sobre lo que sucede en el campo. Es decir, juega con una visión. panorámica, la clase de cualidad que ayuda a mejorar el rendimiento de sus compañeros. Potente en la carrera y en el disparo. Entre todos los jóvenes es el más luminoso en su juego. Es un futbolista diferente.

Raúl. Real Madrid. 18 años. Nadie tiene más atrevimiento que Raúl, pero estamos ante un futbolista absolutamente consciente de lo que hace. Debutó con una jugada que hubiera quebrado la carrera de.cualquier muchacho con aspiraciones: un mano a mano con Cedrún en el primer minuto de su primer partido. Falló el gol, pero no se deprimió: fue el mejor jugador de aquel encuentro. Juega por intuición, de esos que llevan incorporado. el conocimiento del juego desde niño. Esa cualidad, lo hace extraordinariamente valioso en el aspecto táctico. Si juega como delantero, tiene gol. Si lo hace como volante de ataque, asegura la participación en la estructura de juego más su instinto natural como goleador. Es ingenioso, aunque a veces su falta de potencia -acaba de cumplir 18 años- se advierte en algunas jugadas que requieren un segundo esfuerzo físico.

Sandro. Real Madrid. 20 años. Tiene cosas de Iván de la Peña, pero le falta su vigor físico y su pegada con la pelota. Pero su habilidad es máxima. Cautivó durante el Europeo sub 18 disputado en 1993. Su figura produce un efecto engañoso: es bajo y tiene poca presencia física, pero su despliegue es sobresaliente. Es otro jugador que puede hacer cualquier cosa con el balón. Especialmente dotado para tocar en corto y buscar paredes, condición que le hace muy valioso en el estilo de juego del Real Madrid. A pesar de su calidad: todavia no ha recibido el reconocimiento de la hinchada madridista, más inclinada a los jugadores abrasivos. Si encuentra el hábitat adecuado, y el Madrid actual parece que lo es, Sandro puede tener un papel, relevante en el equipo. Como Iván de la Peña, su posición más natural es la de medio de enganche. Aunque no tiene mucho gol, es quizá el jugador que mejor interpreta la posición de cuarto centrocampista en el Real Madrid.

Carlos. Sevilla. 18 años. Por ahora es un anuncio, pero los síntomas apuntan a la aparición de un jugador que remite al primer Juanito: un balín con las características de los extremos de toda la vida, pero con una tendencia directa a encontrar la portería. En el pequeño reducto de la Liga juvenil, su prestigio era notable.

Pero, en estos años mediáticos, la televisión es la vía propagandística por excelencia: la retransmisión de un partido frente a Croacia, valedero para el Campeonato de Europa sub 17, sirvió para transportar el nombre de Carlos del círculo de iniciados al gran mundo de los aficionados al fútbol. Cada una, de sus jugadas propagaba un incendio en la defensa adversaria. Sus recursos: una aceleración instantánea, una inclinación decicida por el regate y la vocación de alcanzar el área a toda costa. Fue un partido, pero no fue una visión fugaz. Poco después dirigió a la selección española al triunfo en el Europeo. Su carrera deportiva parece tan veloz como sus arrancadas. Debutó en la Liga frente al Tenerife y marcó un gol posteriormente anulado en la primera jugada que protagonizó.

Joseba Etxeberria. Athletic. 18 años.. Algunos jugadores pisan él área con el temor reverenteque se tiene a los campos de minas. Otros convierten ese territorio hostil en el objeto de su ambición. Son los menos y Etxeberria está entre ellos. Acaba de cumplir 18 años, pero se mueve sobre el campo como si llevara toda la vida en esto del fútbol. Hay un punto de arrogancia en su trote que evidentemente tiene que ver con su carácter: no le importó encender la mecha de una guerra civil en el País Vasco para llegar al Athletic y conseguir un contrato multimillonario. Ahora quiere demandar a la Real y recuperar los 550 millones de la cláusula de rescisión que se pegó por su fichaje. Estos datos explican el perfil de un futbolista que va directo al grano. Dispone de un físico avanzado para su edad, es potente, se maneja casi exclusivamente sobre su pierna derecha, cabecea con propiedad, tiene una gran facilidad para sacar la jugada de espaldas a la portería -el giro es rapidísimo- y casi todo lo hace sobre el control y el disparo. Digamos que es una versión rápida de Dani, aquel delantero del Athletic que surtió de goles a su equipo durante una década. Su carácter es expansivo y su apetito tan voraz como el de Guerrero.

Jordi Cruyff. Barcelona. 21 años. Antes que nada: el chico tiene temperamento. Cualquier otro en su lugar hubiera sido presa de las condiciones que han rodeado su vida. Hijo de una leyenda del fútbol, hijo del entrenador del equipo, hijo de un hombre orgulloso y exigente, hijo de un técnico que tiene muchos enemigos. Pero no quiere que le recuerden como el hijo. Ha llegado a la titularidad y ha vencido a los desconfiados: Jordi Cruyff tiene clase. Fundamentalmente, es un jugador que hace todo con corrección. Tiende a escoger la jugada precisa en el momento preciso. Conduce bien, aprueba en el regate, descarga el pase con justeza, mete el flequillo en los centros, maneja las dos piernas (mejor la derecha). Las piezas son buenas, pero en Jordi se produce uno de esos casos en los que el todo supera las partes. Tiene el aspecto de los volantes goleadores. Como a Guerrero, le gusta llegar de puntillas al área y cazar el gol por sorpresa. Pero ahora juega de delantero y parece interesante. En el fondo, tiene la solidez y la decisión de los supervivientes. Uno extraño, con ciertos. privilegios, pero superviviente.

Álvaro. Real Madrid. 18 años. Tiene la edad de Raúl, es su amigo, y recibe sus consejos. Comienza a aparecer en el primer equipo del Real Madrid, donde se espera que se consolide como un interior izquierda de toda la vida: zurdo, con recorrido y recursos. Dispone de una salida corta bastante explosiva, que le permite ganar el metro preciso en el, regate. Su pegada es excelente. Remata con dureza y precisión. Buen pasador.

Roger. Barcelona. 18 años. Interior izquierda. Tan clásico en esa posición como Álvaro, con el que tiene muchos puntos en común: zurdo, con clase y una gran pegada a la pelota. Su juego es muy aseado, quizá demasiado, hasta el punto de parecer aséptico. Gasta fama de buen futbolista desde su edad infantil. Cruyff le tiene como el futuro interior izquierda del Barça, una posición tradicionalmente débil en el equipo azulgrana. Se cuestiona su carácter: un chico apocado.

Dani. Zaragoza. 20 años. Dividido por partes, tiene casi todo. Pero sumados todos los trozos se proyecta un jugador con interrogantes. Probablemente se trate de un futbolista que cuaje con la edad, la clase de delantero "cuya calidad estalle con 24 o 25 años. Mientras asciende el peldaño que le falta, Dani es un jugador que tiene más destellos que peso sobre los partidos. Es rápido y no le falta habilidad, pero a veces escoge mal las opciones sobre el campo. Un problema: tiene menos gol del necesario.

Morientes. Zaragoza. 19 años. Su equipo ha depositado la esperanza de su futuro en un delantero de 19 años con una temporada de experiencia en Primera División. Benito Floro dijo que era el mayor prospecto del fútbol español. Gran físico, se desplaza bien por las bandas y tiene dos cualidades necesarias en un delantero centro: cabecea y remata duro.

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