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GENTE

LAS PARANOIAS DE ROSARIO

Amelia Castilla

La prensa del corazón tiene sometida a Rosario a una persecución constante. Se han llegado a meter en la piscina de su casa de Marbella y en un par de ocasiones han roto el seto de El Lerele -la casa de La Moraleja donde vivía Lola Flores y donde falleció su hermano Antonio-. Como respuesta al asedio, Rosario se mueve rodeada de un grupo de personas dispuestas a partirle la cara a todo aquel que ven con una cámara al hombro, sea o no sea periodista. La paranoia ha alcanzado, incluso, a las galas veraniegas de la cantante. El pasado lunes durante la actuación de Rosario en la localidad madrileña de Pinto, se produjo un plante de periodistas por las exigencias inusuales de los organizadores. Pasadas las once de la noche, Rosario, que salió del camerino de la mano de Antonio Guerrero, su novio, parecía una niña, ataviada con un marabú rojo y unos pantalones superceñidos. Los escasos periodistas que quedaron fueron expulsados de la zona reservada a la prensa finalizado el tercer tema "como en las giras internacionales", con argumentos del tipo: "Tú ya has hecho bastantes fotos y tú no necesitas tomar más notas".-

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