Induráin arrasa en el circuito de Ferrol
"Si pensara en la Vuelta, no sería muy lógica esta demostración, dice Unzue
"Me preocupa verlo tan bien. Eso significa que no se ha dado todo el descanso que necesita". El primer sorprendido de la demostración de Miguel Induráin en la primera etapa de la Vuelta a Galicia fue el propio director del Banesto, Eusebio Unzue. "Si pensara, en correr la Vuelta, no sería muy lógico lo que ha hecho".Lo que hizo Induráin fue meterse en el carrusel de ataques en que se convirtió la primera etapa de la ronda gallega, 102,5 kilómetros a base de tres vueltas a un circuito en El Ferrol. La carrera anduvo descontrola da desde un principio. Ataques y más ataques. Hasta que en uno iniciado por el holandés Maarten den Bakker -segundo en el Tour del Porvenir de 1994- y secundado por Eleuterio Anguita y Eros Poli se introdujo el navarro. Comenzaron a relevarse. Anguita y Poli se asfixiaron. Sólo aguantó Den Bakker -"yo, con ir al lado de Induráin me doy por satisfecho", declaró- Los segundos empezaron a acumularse hasta que se produjo la ruptura total. Los perseguidores arrojaron la cuchara cuando la ventaja de los dos fugados llegó a los dos minutos. En la meta, 4 minutos y 11 segundos sobre un trío perseguidor formado por Melcior Mauri, Manuel Fernández Ginés y Eleuterio Anguita.
Induráin se vio obligado a ganar la etapa. Su táctica habitual en casos de fuga es compartir los premios. Para tí, la etapa; para mí, la general. Pero, paradójicamente, Den Bakker había acumulado más bonificaciones y eso le resultó mortal. Induráin necesitaba ganar para vestirse además de líder. Y eso hizo tirando de clase. "Está siendo muy condescendiente consigo mismo", añadió Unzue. "Su generosidad parece que no tiene límites".
Induráin actuó como alguien que no piensa que, dentro de tres semanas empieza una gran vuelta. "Quien ande bien en Galicia no andará bien en la Vuelta a España", dijo Unzue. Eso se vio claro: el ONCE acudió con todas sus figuras -Zülle, Jalabert y compañía- y prefirió dar por perdida la ronda gallega antes que arriesgarse a un exceso y malograr la preparación de cara a la Vuelta a España.
La victoria en la primera etapa gallega, cuyo triunfo final se jugara de hoy al viernes mano a mano con Den Bakker, es el preámbulo a la decisión más esperada. El jueves o el viernes, Induráin anunciará si corre la Vuelta. "Esto que ha hecho en. El Ferrol es un peligro, se ha contagiado del ambiente festivo", dijo Unzue. "En vez de dar satisfacción a la gente quizás haya alimentado su apetito de verle ganar más en España. Pero su actitud, por otro lado, obliga más a la gente a respetar su decisión, sea la que sea. Induráin sabe mejor que nadie lo que debe hacer".
Los directores del Banesto saben lo que harían en su lugar. "La parcela deportiva nos dice que no debería correr la Vuelta", dijo Unzue. El Banesto siempre ha mantenido que la decisión se tomará por razones exclusivamente deportivas, pero este año parece que hay algo más detrás de los argumentos. No se trata ni de razones económicas -aunque Unzue ha estado negociando con Unipublic, organizador de la Vuelta: la presencia de Induráin en la ronda multiplicaría los beneficios tanto de Unipublic como de su principal cliente para vender publicidad, Televisión Española, que se juega un incremento de la audiencia-, ni de venganza, sino de motivos sentimentales.
"Sabemos lo que diríamos a la Vuelta [no], pero no lo que diremos", dijo Unzue. "Temernos que nos engañe el corazón". Induráin y su entorno familiar están muy ilusionados con la posibilidad de ganar la Vuelta.
Cuestión de corazón
El navarro, un hombre que funciona de manera sumamente cerebral cuando se descubre el pecho -nunca deja que las emociones le dominen en el Tour, por ejemplo-, se transforma en contacto con el público. Ayer, dando vueltas alrededor de El Ferrol, dejó que el corazón mandara. Dio un sobresalto a su equipo, pero una gran alegría a la afición y a Unipublic, que también organiza la Vuelta a Galicia.
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