Fin de reinado en La Moncloa

Trece años después de su llegada al poder, la izquierda española paga el precio de su fracaso moral a los ojos de la opinión pública. Un mes tras otro, los asuntos de corrupción, enriquecimientos ilegales y escándalos de todo tipo la han desacreditado de forma duradera, alimentando decepciones, rencores, humillaciones contenidas, así como las confusiones de cálculo de la oposición. Ahora, es una mayoría de españoles la que invita a Felipe Gonzalez ( ... ) a dimitir.¿Desgaste o torpeza? Sin duda, ambas a la vez. El retrato de un ganador, ayer intacto, se ha desmoronado. Parece que el felipismo no funciona ya. Sobre el país flota una atmósfera de fin de reinado. Felipe González, combativo, movilizador de energías y acreditado demócrata, sabe desde hace, poco que deberá marcharse.

Sin embargo, no son estos golpes de aldaba, ni las diatribas o pullas, que le traen sin cuidado, lo que oye González, sino más bien el estrépito de su ruptura de contrato con los nacionalistas catalanes de CiU. ( ... )

A los 53 años, González no oculta su fatiga tras una carrera maratoniana jalonada por cinco campañas electorales. ( ... ) Algunos pronostican su retirada de la vida política para dedicarse al Cultivo de bonsáis. Una cosa sí parece segura: es difícil ver cómo los socialistas españoles podrán evitar una pequeña cura de oposición.

5 de agosto