Cuervas dimite como presidente del Sevilla

Luis Cuervas, presidente del Consejo de Administración del Sevilla, presentó ayer por la tarde su dimisión irrevocable, qué le fue aceptada por el resto de directivos. Cuando parecía un fin de semana tranquilo a la espera por parte de todos los implicados de la resolución del CSD sobre el descenso a Segunda B del CeIta y del Sevilla, este club ha querido limpiar su camino. Sigue así la línea de culpabilizar a los dirigentes y declarar inocentes a las aficiones que defendió primero el ministro de, Educación, Jerónimo Saavedra, y corroboró el viernes el Consejo de Ministros.

"La dimisión ha sido para quitar presión y para que el club pueda trabajar mejor y con más tranquilidad", dijo el vicepresidente primero del Sevilla, José María del Nido, que añadió: "La mayoría de los aficionados lo estaban pidiendo".Del Nido señaló que Cuervas le presentó la dimisión en presencia de José Ramón Cisneros, secretario del consejo de administración sevillista, y que le fue aceptada después de una consulta con el resto de los miembros de la junta directiva. En efecto, inmediatamente después de que Cuervas le comunicara la decisión a Del Nido ambos contactaron por teléfono con los restantes componentes del Consejo de Administración del club sevillista, que aceptaron la dimisión.

Desde que se supo que el Sevilla había sido descendido a Segunda B por no entregar un aval de 85 millones ante la Liga del Fútbol Profesional, Cuervas, de 64 años, se había convertido en el blanco de las críticas de los aficionados. Fue elegido presidente por primera vez en 1986 y reelegido en 1990, siguiendo después en el cargo al transformarse el club en sociedad anónima deportiva. La dimisión de Cuervas, que tiene invertidos 125 millones de pesetas en acciones en el Sevilla, había sido reclamada insistentemente por la afición, que había centrado en él sus iras por el descenso administrativo de su equipo.

Discreta vigilancia

La mayoría de las pancartas que exhibieron los peñistas durante la manifestación que el pasado miércoles recorrió las calles de la capital andaluza echaban las culpas de la tragedia de los palanganas al juguetero sevillano. De hecho, la policía mantenía una discreta vigilancia por los numerosos establecimientos comerciales del ex directivo, ante el temor de que las iras se transformaran en actos vandálicos contra los locales.Cuervas seguía ayer en paradero desconocido. Sus apariciones públicas desde la degradación de Sevilla han sido contadas y en las que ha hecho apenas ha efectuado declaraciones. En su casa de la céntrica avenida de la República Argentina un contestador automático atestiguaba que el ya ex dirigente del Sevilla no quería responder a la prensa ni explicar públicamente los motivos de su dimisión. Fuentes cercanas al club indicaron que Cuervas no tenía intención de aparecer por Sevilla en los próximos días. En el estadio Sánchez Pizjuán ni siquiera cogían el teléfono y tampoco estaba prevista ninguna comparecencia de los directivos del club deportivo hasta el próximo lunes.

Del Nido negó que el Consejo Superior de Deportes haya presionado para que Cuervas presenta se su dimisión irrevocable. "No ha habido presiones. Ha sido una decisión personal, fruto de la reflexión", comentó el ya presidente del club sevillista. Sin embargo, los citados medios el club indicaban que la dimision puede facilitar una solución para el Sevilla que no sea punitiva para la afición y que centre una posible sanción en la directiva. El lunes por la tarde, según adelantó Del Nido, se va a reunir de fórma extraordinaria el Consejo de Administración del Sevilla para tratar las medidas encaminadas a que el club permanezca en la primera división. Del Nido apuntó que seguirá en la presidencia hasta que se solvente el conflicto que ahora envuelve al Sevilla, que permanece a la espera de una resolución definitiva deI CSD.