Las colinas de Fellini
Desde el parque del Cerro del Tío Pío se contempla uno de los atardeceres más panorámicos de la ciudad
Es un jardín propio del cine de Federico Fellini, con un césped en forma de gigantescos pechos femeninos que recuerdan a la estanquera de la película Amarcord. De ahí que el vecindario haya rebautizado este Cerro, del Tío Pío con otro nombre más gráfico y de andar por casa: el parque de las Tetas.Con apelativo casto o procaz, desde este cerro vallecano situado junto a los barrios de Portazgo y Fontarrón se divisa una de las más impresionantes vistas panorámicas de la ciudad. Y no hace falta encaramarse a ningún rascacielos.
El parque fue inaugurado en 1987. La zona, antaño llena de huertos, terrenos baldíos y chabolas, fue remodelada por la Comunidad de Madrid y este espacio ajardinado se construyó para solaz de los recién realojados vecinos.
Las voluptuosas formas del terreno tienen su explicación: para hacer el jardín se utilizaron las tierras sobrantes de las obras de construcción de la calle de Ramón Pérez de Ayala.
El resultado fue un parque de peculiar fisonomía. En él hay un mirador desde donde se pueden contemplar todas las cúspides de la ciudad, desde las torres de KIO al Pirulí y el edificio de Telefónica pasando por los campanarios de todas las iglesias del Madrid antiguo. En los días claros también se ve la sierra. Al pie del mirador se alinean los tejados de dos nuevas barriadas de ladrillo, Doña Carlota y el Hogar, del Taxista.
Viento
Debido a su altura, incluso en las noches más tórridas en el lugar sopla algo de viento. A partir de media tarde los vecinos de la zona comienzan a ascender por estos senos poblados de césped y arbolitos. Llegan los jubilados para sentarse en los bancos, las personas de media edad con sus perros y grupos de adolescentes con litronas y bocatas e que compran en un centro comercial próximo.
Otros jóvenes se acercan hasta el lugar con sus bicicletas, ya que hay un carril-bici que recorte parte del perímetro del parque. También los niños pululán por los columpios y las laderas de la zona.
Unos llevan sus provisiones y otros se acercan a la terraza El Mirador, abierta hace ahora tres temporadas. Como su nombre indica, desde las mesitas de este quiosco se pueden contemplar las mismas vistas que desde las otras zonas del parque. La mayor parte de los clientes del recinto son vecinos de las barriadas cercanas que bajan allí con los niños y las mascotas. Algunos días, en El Mirador hay actuaciones: payasos, tunos, un grupo de música vallecano.
María y Alfonso, una pareja de mediana edad del Fontarrón, se acercan a la terraza "a tomar un piscolabis` Es decir, dos cervezas a 300 pesetas y unas patatas bravas a 350.
"Al parque bajamos muy a menudo porque vivimos aquí mismo; a veces nos sentamos en las mesas y otras sólo damos una vuelta por aquí y saluda mos a los conocidos",. explican mientras a su lado pasa una pareja en plena carrera deportiva. La terraza abre desde la media tarde hasta altas horas de la madrugada. "Luego, para que digan que en Vallecas no hay nada que merezca la pena; a ver dónde tienen estas vistas los que viven en Centro", comenta un joven henchido de fervor de barrio.
Parque del Cerro del Tío Pío y terraza El Mirador. Ramón Pérez de Ayala, s/n (Puente de Vallecas). Metro: Buenos Aires. Autobús: 141.
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