"No ha habido trampa"
Pedroso desmiente las acusaciones italianas sobre el viento en su récord
El nuevo plusmarquista mundial de salto de longitud, el cubano Iván Pedroso, negó ayer en Guadalajara las acusaciones aparecidas ayer en la prensa italiana sobre una presunta manipulación de su récord de 8,96 metros logrado el pasado sábado en Sestriere. Según ellas, un hombre con una cazadora azul y un radiotransmisor se colocaba delante del anemómetro para atenuar la velocidad del viento y evitar que marcara por encima de los 2 metros por segundo reglamentarios. "Lo único que hice es esperar a que se calmara el viento, pero no ha habido ni trampa ni cartón; eso sólo son especulaciones de los periodistas", afirmó el atleta, quien regresaba ayer a la ciudad en la que se ha venido preparando durante los últimos meses y donde recibió el caluroso homenaje de todos sus compañeros de selección, incluido un discurso leído por Javier Sotomayor, el plusmarquista de altura.Pedroso dijo sentirse ahora muy cerca de la barrera de los nueve metros, aunque no espera que sea en los Mundiales de Gotemburgo: "Es Un lugar muy frío y eso no me va nada, pero sé que en cualquier momento puedo superarlo".
Respecto a la teoría periodística italiana sobre el truco del anemómetro un par de datos parecen desmontarla. Por un lado, el hombre de la cazadora azul se debió descuidar en el segundo salto de Pedroso, que logró 8,89 metros con un viento de 2,4 metros por segundo, por encima del límite. Además, otros periodistas recalcan que en el momento del salto del récord era palpable que la velocidad del viento había bajado.
De todas formas, siempre quedará alguna duda. Italia es un país famoso en el mundo del atletismo por las irregularidades. En los Mundiales de Roma 87, el saltador local Evangelisti ganó la medalla de bronce, que luego le fue quitada, al sumar los medidores varios centímetros de más en su último salto.
"Si es tan bajito"
A Pedroso, le espera ahora un caluroso recibimiento en la capital cubana. "Ayer estuvo hablando con mi familia y me dijeron que toda Cuba me está esperando. Creo que va a ser un recibimiento a lo grande". Su hermano mayor Obel se mostró sorprendido de lo que había logrado Iván. "No entiendo como siendo tan bajito puede saltar tanto", dijo. Su cuñado y médico, Jorge Luis Gómez, en cambio, añadió: "No ha habido sorpresa. Era uno de sus objetivos y es el fruto de su trabajo. Iván es una persona muy disciplinada, ni bebe ni fuma".
La única duda de todos es lo que hará el joven plusmarquista con el Ferrari rojo de 17 millones obtenido como premio en Sestriere. Su presencia no dejaría de ser extraña en un país abatido por la crisis económica y en el que. los atletas van a entrenarse en el tren-autobús, una carrocería de autobús arrastrada por un tractor. Javier Sotomayor, por ejemplo, canjeó el Mercedes que ganó en los Mundiales de Stuttgart 94 por varias furgonetas que sirvieran para el transporte colectivo de los atletas.
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