"Me preocupa que muchos paguen más de lo que reciben"
Josep Piqué, primer ejecutivo de Ercros, vinculada a KIO, es el nuevo presidente del Círculo de Economía. Piqué defiende que las administraciones den prioridad a la política industrial. Su trayectoria intelectual y de gestión le sitúa en sintonía con los sectores económicos del catalanismo político. "CiU ha tenido siempre una sensibilidad mayor que otras fuerzas políticas respecto a las cuestiones empresariales y económicas", afirma.
En el momento de presentar su candidatura, Josep Piqué afirmó que él pensaba en un Círculo de Economía más audaz en la definición de sus propuestas sobre los grandes temas de debate económico, como el fiscal, la restricción del gasto público o la política de inversiones públicas. En su opinión, estos asuntos no deben quedar sólo en manos de los políticos.
Pregunta. La fiscalidad se perfila como el centro de su programa en la presidencia del Círculo de Economía. ¿Por qué?
Respuesta. Fiscalidad en relación con el gasto público, es decir, en relación con el esfuerzo desde el Estado para prestar servicios. En España un importante colectivo considera que el esfuerzo fiscal que se le exige es superior a los servicios que recibe. Esto es preocupante.
P. ¿Se refiere a los empresarios?
R. Desde luego, no únicamente a los empresarios. Me refiero sobre todo a los sectores profesionales en los que el tipo de renta ya es muy alto.
P. Usted defiende un modelo fiscal racional pero no necesariamente redistributivo. ¿Es así?
R. Sí, efectivamente, defiendo una fiscalidad al servicio de la eficiencia económica. Creo más en la asignación correcta de los recursos que en un sistema fiscal progresivo y exclusivamente orientado a la redistribución más parecido al que tenemos ahora.
P. ¿Cómo ve usted el debate político sobre el déficit público? ¿Cree usted que la arena de lo político, es decir, el déficit como pretexto electoral, se aparta del rigor exigible?
R. En las actuales circunstancias no alcanzaremos un crecimiento estable si no bajan los tipos de interés, y eso, clara, depende del rigor en la contención del déficit. Esta contención se nos exige, además, desde el núcleo de la Unión Europea, los países que deciden el ritmo de la unión monetaria, entre los cuales, desde luego, no se encuentra España.
P. ¿Puede cumplir España el objetivo de convergencia decidido en Maastricht?
R. El compromiso adquirido es claro y nos vincula: 4,4% del PIB en 1996 y alcanzar el objetivo del 3% al año siguiente. Si lo incumplimos ya sabemos lo que va a suceder, porque los mercados internacionales han demostrado estar atentos a este rigor. Nos conviene que 1996 no sea un año perdido para la economía española.
P. ¿Cómo?
R. Con un presupuesto restrictivo y creíble desde el punto de vista de los mercados financieros internacionales que nos califican día a día.
P. ¿Es posible pese al clima político de inestabilidad?
R. Todo depende, efectivamente, de la estabilidad política, que hoy es muy difícil de asegurar. También es importante que el Ministerio de Economía se decida a acabar con las desviaciones presupuestarias de la economía, que desde 1989 hasta 1,993 han sido superiores al 23%.
P. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, coincidiendo con su distanciamiento respecto al Gobierno, ha pedido que el presupuesto de 1996 sea menos restrictivo. ¿Qué opina usted?
R. Primero lanzó este mensa je y luego lo fue corrigiendo. Pujol no discute la disciplina de la Unión Europea, sino que quiso o quiere discutir en cada caso donde se aplican los recortes al presupuesto. Creo qué CiU rebatirá partida por partida siempre que tenga tiempo de hacerlo, es decir si no se disuelve antes el Parlamento dada la crisis política.
"Las fuerzas económicas exigen un Gobierno estable"
P. El encaje del nacionalismo catalán en la política española ha tenido siempre un seguimiento muy activo desde el Círculo de Economía. ¿Qué opina ahora de la ruptura formal de CiU con el Gobierno?
R. Personalmente creo que esta situación es fruto de un proceso de maduración derivado de la pérdida de fortaleza política del Gobierno. No es consecuencia de cuestiones económicas, sino de los escándalos políticos que todos conocemos. En el campo estrictamente económico, el empresariado catalán, desde 1993, ha apostado por el apoyo al Gobierno socialista.
P. Esta opinión, ¿ha cambiado recientemente?R. La situación actual está determinada por una demanda muy general de estabilidad política. Cuanto antes tengamos un Gobierno sólido, mejor.
P. ¿Qué es mejor, disolver el Parlamento ahora o, en prirnavera?
R. La respuesta es un concepto de oportunidad política. Lo importante es la tendencia de fondo, y en este sentido las fuerzas económicas exigen un Gobierno fuerte y estable.
P. Ha llegado la hora del PP. ¿Le interesa?, ¿le preocupa?, ¿le satisface?
R. Le diré que la alternancia es básica en un sistema democrático. Yo no comparto algunos temores con respecto al PP.
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