Mi Tour

Lo primero es lo primero. Para mí ya es una gran satisfacción haber podido venir al Tour con el equipo Banesto. El simple hecho de estar en la selección para el. Tour ya es un premio. En la plantilla somos 25 corredores y el que el director cuente conmigo para un Tour es de agradecer y una satisfacción muy personal.Una vez que ya he logrado participar, me he tenido que desconectar un poco del exterior y centrarme más en lo que rodea más de cerca: sólo en el Tour. Ya entonces sabía que eran 22 días muy duros, en los que iba a poder disfrutar de alguno, pero también en los que iba a tener alguno malo. Nosotros, el Banesto, somos un equipo mentalizado para hacer un trabajo en tomo a un gran líder, y ése es Miguel Induráin. Son 22 días que hay que estar a su lado.

Creo que he cumplido en mi labor. Quizá me quedo con la espina clavada de la primera etapa de montaña, la de La Plagne. Estaba esperando con tantas ansias, ese día que se me hizo muy duro ver que fallaba en el primer test. No es que sea para preocuparse, de todas maneras; todos los corredores tienen días malos. Y luego me quité ese mal sabor de boca haciendo un buen trabajo en la etapa del Alpe d'Huez.

Días alegres, en los que he acabado contento, ha habido muchos. Como cuando Miguel dio su primer gran golpe de mano, en Lieja, y dejó ver que era muy superior a todos sus rivales. Aquel día utilizó una referencia que yo le di: cuando decidió atacar a fondo pensaba en lo que yo le dije: que sus más directos rivales no le habían podido aguantar en una cota de tercera donde él les había probado. Ése fue uno de mis mejores días.

El ambiente dentro y fuera del equipo ha sido magnífico. Hemos logrado mantener el maillot amarillo, que era nuestro único objetivo. Tampoco ha habido desgracias, pese a las caídas de Miranda y de Uriarte. Y somos el único equipo que ha terminado entero.

corre el Tour con Banesto.