Ballesteros, Olazábal y Rivero, con opciones

Dos modestos y un golfista recuperado ocuparon ayer un escaño privilegiado en el Open Británico: el japonés Katsuyoshi Tomori y los estadounidenses Brad Faxon y John Daly (con un triunfo en el PGA en su palmarés), con 138 golpes (-6). Mientras, el golf español sobrevive con sus mejores apellidos: José Rivero, José María Olazábal y Severiano Ballesteros. Los dos primeros cumplieron con el par (72) y apuntalaron sus números de la jornada inaugural: al par el vasco y con -2 el madrileño. Ballesteros remontó su tropiezo inicial y firmó 69 golpes (-3), que le dejan al par del campo. Pedro Linhart (+ 3)- y Miguel Ángel Jiménez (+4) salvaron el corte. Miguel Ángel Martín no lo consiguió. Terminó con seis golpes por encima del par y se despidió de Saint Andrews.Hundido Tom Watson -el líder más ilustre de la primera jornada, que pasé de -5 a -1- Tomori y Faxon dieron el primer golpe de mano. A ellos se unió el poderosísimo Daly, un robocop norteamericano con un misil en su brazo derecho y aire de depredador en cualquier telefilme de saldo. A su rueda, apenas a un golpe, un pelotón de etiqueta con Ernie Els, Ben Crenshaw y Corey Pavin.

Entre los aforismos del golf los expertos subrayan una máxima: el drive (o golpe de salida) da la gloria y el putt, la victoria. Olazábal ratificó el credo. Buenas salidas, mejores aproximaciones y poca determinación en tomo a la bandera. Sólido, pero sin resultados. "Soy mister par", espetó. Un examen sincero, tajante.

"Hoy (por ayer) me he divertido". Cuando Severiano disfruta, Saint Andrews -engalanado ayer con 18.000 visitantes- acelera el pulso y el golf alcanza otra dimensión. No es que el cántabro hechizara como antaño, pero, al menos tiró de clase y casta para sobrevivir a la tragedia del corte.

Más cerca, incluso está José Rivero. Ayer se volvió "loco con el viento" y tramitó una jornada "sosa", con pocas opciones de birdie.