Induráin sopla el Tour

El Tour llegó ayer a los Pirineos y, tras la jornada de descanso de hoy, encarará mañana la última semana con las dos grandes etapas pirenaicas. Después, sólo quedará el penúltimo día, el sábado, la segunda contrarreloj larga. Restarían, pues, tres teóricos exámenes de entidad o incógnitas para resolver. Pero no es así. Miguel Induráin, el cuádruple ganador del Tour, que ya años anteriores fue dando muestras progresivas de su dominio, parece haberse superado en la actual edición. Salvo un problema físico inesperado o un accidente casual, nadie duda ya de que es invulnerable y que el domingo hará historia en los Campos Elíseos de París. No sólo igualará los cinco Tours ganados por Eddy Merckx y Bernard Hinault, sino que superará la calidad del récord al conseguirlos de forma consecutiva."Ya no hay milagros". La frase de Laurent Jalabert ayer tras la primera etapa en los Pirineos, puede resumir lo que opinan todos los posibles rivales de Induráin, los directores de equipo y todo el mundo. El corredor navarro lo controla todo con una facilidad asombrosa. Sólo se va del pelotón quien él quiere y cuando necesita tirar nadie puede seguir su ritmo, salvo Zülle, a duras penas, o ayer Gotti y Riis. Además, las circunstancias de carrera le favorecen.

Ayer volvió a ganar el mejor escalador, Marco Pantani, pero con el absoluto permiso del líder. El italiano dejó de ser enemigo cuando se hundió en la primera gran contrarreloj y no demostró la mejoría que se le exigía para ser un aspirante a destronar a Induráin. Éste, cuando el año pasado le amenazaba, le marcaba mucho más de cerca. Ahora, le deja las guindas del pastel, pero no el pastel. Induráin sopló ayer las velas del 31 cumpleaños y sopla a su antojo la carrera.