Al rape
Van pelados al rape, en el lenguaje de los barberos, al cero o al uno y se les llama, en el spanglish que hablamos, "cabezas rapadas". Van por la calle en tribus de hasta veinte jóvenes, algunos casi niños, pegando patadas, palos y hasta alguna cuchillada, a los transeúntes. Según las informaciones, en el último fin de semana, alguna de estas hordas arrasó el barrio de Argüelles, enviando a la Casa de Socorro, o incluso al hospital, a no menos de cuatro personas.Tienen que ser gente cobarde para ir en tropel atacando a muchachos que pasean solos o acompañados de un amigo o de su novia. Uno de los agredidos el domingo no había cometido más delito que el de llevar coleta. Eso le valió una puñalada. Las tribus de monda cabeza eligen a sus víctimas muy a menudo entre muchachos con melena. La longitud del cabello no tiene necesariamente una correspondencia exacta con lo que hay dentro de la cabeza. Habrá melenudos fascistas del mismo modo que hay demócratas pelados al cero. Pero es cierto que, desde los tiempos del franquismo tardío, dejarse los hombres el cabello largo era manifestación de inconformismo o, como entonces se decía, de "progresía". Mientras que el corte al rape tenía connotaciones extremo-derechistas.
No ha producido nuestra sociología un buen tratado de peluquería política. Y es una lástima porque nos ayudaría a comprender ahora algo de estas lirondas y agresivas tribus urbanas. La moda no es de aquí, viene de fuera. En todo el mundo occidental -no en el oriental, donde los rapados monjes budistas son dechado de pacifismo-, han surgido estos skin heads dispuestos a limpiar su ciudad o su país de todo lo que a ellos les parece diferente. Un día es un inmigrante, y otro, un chico con coleta.
No han surgido porque sí los cabezas rapadas. Hay en la sociedad un rechazo a lo diferente. Ya sé que la gente bien peinada -"es mamífero lóbrego y se peina", definió César Vallejo al ser humano-, no sería capaz de tales fechorías. Pero deja que los skin heads interpreten ese rechazo a su manera.
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