Ley de la falda

El día 6 de julio, estando mi familia y yo de vacaciones en Matalascañas, decidimos visitar el santuario de la Virgen del Rocío. Dos o tres metros antes de la puerta de entrada, un señor empezó a hacer señales indicando que yo no tenía permiso para acceder a la iglesia. Al llegar a su altura, de manera desagradable nos indicó que yo no iba correctamente vestida pues el largo de mi falda era por encima de la rodilla. En el exterior había un cartel indicando la prohibición de la entrada a personas de cualquier edad con bañador o pantalón corto. Discutimos con este señor, representante de la Hermandad Matriz de Almonte, e intentamos hacerle ver la discriminación hacia una gran mayoría de visitantes y que aceptábamos por nuestra parte que es razonable vigilar un cierto decoro en la ropa, pero no llegar a medir los centímetros en el largo de la falda o pantalón.Vimos a muchas personas indignadas por el mismo motivo, pero, como casi siempre, no llegamos a realizar quejas formales y por escrito que nos ayudarían a conseguir erradicar ciertas reglas retrógradas y propias de la Inquisición. Sólo añadir que nos consta que la Virgen del Rocío no excluye de su lado a nadie que vaya a visitarla.-