Los sordos ya hablan por teléfono

Las personas sordas ya pueden hablar por teléfono en dos locutorios públicos de Telefónica, a través de un aparato que dispone de un teclado similar al de una máquina de escribir, además de una pequeña pantalla que reproduce el texto que se desea transmitir y una gran bombilla que emite destellos rojos en lugar de timbrazos. Desde su casa, una persona sorda sabe que le llaman por teléfono porque ve los destellos. En ese momento activa la tecla on y ya empieza a leer en su pantalla lo que el emisor le está diciendo. Para contestar, escribe con su teclado el mensaje y, automáticamente, aparece escrito en la pantalla del que le ha llamado.Telefónica ha instalado este sistema en sus locutorios públicos de la Gran Vía y del paseo de Recoletos. Otras 34 ciudades españolas también cuentan con este servicio, cuyas tarifas son Iguales a las de cualquier otro teléfono.

Pero si un sordo desea comunicarse con alguien que sí oye, lo tiene que hacer a través de una operadora. El hablante le dice lo que quiere comunicar y la operadora lo escribe para que la persona sorda pueda oírlo en su pantalla reproductora.

Este último servicio opera, desde el pasado octubre, con el número 900 10 21 03, de diez de la mañana a siete de la tarde.

Ana Calle es la operadora que atiende las llamadas de dos a siete de la tarde, y afirma que es un trabajo muy gratificante porque, sin quererlo, los sordos le hacen partícipe de sus vidas. Ana transmite mensajes muy diversos, desde la notificación de una muerte hasta declaraciones de amor.

Lo malo es que al estar la operadora en Madrid, las comunicaciones entre usuarios de una misma provincia deben pasar por ella, por lo que la tarifa es interurbana.

Actualmente, Ana Calle atiende unas cincuenta llamadas diarias, en las que se establece diálogo, y otras tantas que solicitan información.

En la serie Dudas razonables, que el verano pasado emitió la segunda cadena de Televisión Española, la protagonista del filme, Matlin Marlee, sorda de nacimiento, se comunicaba mediante este aparato.

La empresa OTICOM comercializa el teléfono por 60.000 pesetas. El precio resulta más económico si los usuarios se acogen a las subvenciones que concede el Instituto de Servicios Sociales (Inserso).