¿Voto dinámico?

Los sesudos analistas políticos, empeñados en explicamos lo que debemos votar en las elecciones y en descalificar nuestro voto cuando no seguimos sus sabios consejos, han llegado a iluminar lindos calificativos. Ora escuchamos a estos politólogos, inteligentes y bien pagados por desinteresadas empresas privadas, hablar de "votos prestados". Curiosa idea de la propiedad de los votos. Imaginen al político abriendo la cartera para prestar unos cientos de miles de votos, se supone que a devolver en cómodos plazos y con los intereses correspondientes. Otrora nos hablan de "voto cautivo"; esto es, el del obrero del paro agrario que quiere seguir comiendo, aunque, sea con tan escaso estipendio. Supongo que el "voto no cautivo" debe ser el de signo opuesto; tal es el del empresario que quiere pagar menos a la Seguridad Social, el del rico propietario que quiere menos impuestos o el acomodado profesional que desea que el Estado subvencione la escuela privada de sus hijos. Tal vez, el único voto no cautivo y altruista sea el de tan ilustres comunicólogos.Amén del voto avergonzado, voto del miedo, voto corrupto y tantos otros cariñosos descalificativos, siempre referidos al voto del mismo partido, el que más me ha llamado la atención, por su especial sutileza y tendenciosidad, es lo que hace unos días una lectora, Huguette Krulik, llamaba "voto dinámico". Comprendo bien la idea: el voto urbano (referido al PP) es dinámico; el rural (del PSOE) debe ser, por tanto, estancado. Pero. me hago un lío cuando intento asignar, según la ingeniosa teoría de esta madrileña, el voto urbano del PSOE o el voto rural del PP. Qué triste el destino de estos votantes, intrusos en un hábitat equivocado. Penosa imagen la que refleja del campesino inculto que vota a quien no debe. Y muy optimista la propia imagen como ciudadana urbana consciente y concienciada con un voto, de calidad, tan dinámico como el "baile de san Vito". Por favor, todos los votos son exactamente iguales, y ésa es la grandeza de la democracia, y mi voto rural es tan bueno, tan consciente, tan reflexivo, tan poco cautivo y tan sin miedo como el que más, aunque me cale la boina todos los días. Para votos de calidad, ya tuvimos los de la democracia... orgánica.-