El ex boxeador Alfredo Evangelista, condenado a ocho años y 101 millones en una sentencia relámpago

La Audiencia de Madrid condenó ayer a ocho años de cárcel y a una multa de 101 millones de pesetas al ex boxeador Alfredo Evangelista por un delito de tráfico de drogas. A igual pena ha sido condenado. Manuel Jaime Alameda, propietario del pub El Lugar, situado en Vallecas, y persona a la que, según la sentencia, Evangelista ayudó a vender droga dentro del establecimiento.José Ramón García, abogado del ex púgil español que fue capaz en 1977 de aguantar 15 asaltos al legendario boxeador estadounidense de los pesos pesados Cassius Clay (Mohamed Alí), considera desproporcionada la pena y expresó ayer su intención de recurrir la sentencia.

La Sección XVI de la Audiencia de Madrid, que ha tardado sólo un día en dictar su fallo, ha aplicado a Evangelista y a Alameda la circunstancia agravante de vender droga dentro de un local público; y al ex boxeador, la atenuante de debilidad mental. "Se aprecia en Evangelista un bajo nivel de inteligencia que, si bien se encuentra dentro de la normalidad, aunque dentro de sus límites inferiores, le convierten, junto a su baja formación y abundantes traumatismos recibidos en su actividad como boxeador, en una persona fácilmente influenciable y manejable".

Evangelista está en la cárcel desde el pasado mes de agosto, cuando fue detenido por la policía antidroga de la comisaría de Vallecas junto con Alameda, dueño del pub. La policía montó un dispositivo de vigilancia durante dos meses en las inmediaciones del bar 31 observó a personas que entraban en el local y minutos después salían con droga. Los agentes efectuaron un registro en el local y hallaron dos bolsitas de cocaína y varias papelinas; en total, 14 gramos. El tribunal considera que Evangelista trabajó en ese local y que vendió cocaína a clientes en las semanas anteriores a su detención.

El ex púgil seguirá, pues, en la prisión de Carabanchel. Además de este asunto de drogas, Evangelista ha tenido problemas con la justicia en los últimos años. Su trabajo como portero de discotecas le ha traído algún que otro disgusto con la justicia.