Las garitas de Carabanchel se quedarán sin guardias civiles
Gran parte de los guardias civiles que hasta ahora vigilaban a los presos desde las garitas de la prisión de Carabanchel (ayer cobijaba 2.060 presos) cambiarán hoy de destino y efectuarán su servicio en las unidades de custodia creadas para presos enfermos en los hospitales Gregorio Marañón y Carlos III.El reciente desmantelamiento del hospital penitenciario de Carabanchel y el desvío a los citados hospitales de los internos enfermos saturó de trabajo al Cuerpo Nacional de Policía, que hasta ahora tenía encomendada la custodia hospitalaria de los presos.
Los principales sindicatos del sector han expresado su rechazo a esta medida y vaticinan que puede acarrear "gravísimas incidencias" en la seguridad de Carabanchel. El Ministerio de Justicia e Interior, del que depende Asuntos Penitenciarios, pretende paliar esta reducción mediante una patrulla de guardias que recorrerá con perros el exterior del centro. En un principio se pensó en que un vehículo de la Guardia Civil diese vueltas alrededor de la prisión, pero la idea se descartó por temor a una acción terrorista contra los agentes. Desde el cierre del hospital penitenciario, la Secretaría de Estado de Interior se venía quejando del elevado número de policías que debía destinar a la vigilancia de los presos hospitalizados.
"Esta reducción de efectivos se enmarca dentro de un conflicto entre la Secretaría de Estado de Interior y la de Asuntos Penitenciarios que será muy negativa para la seguridad del centro y los funcionarios; e incluso puede dar pie a nuevas fugas de internos", explicó ayer Juan Figueroa, vicepresidente nacional del sindicato ACAIP.
El desmantelamiento de este hospital es el primer paso para el cierre definitivo del complejo penitenciario de Carabanchel, previsto para 1997.
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