"El flamenco es tan grande y diferente como Madrid"
Enrique de Melchor (44 años) nació en Marchena (Sevilla), pero igual que su compadre José Menese lleva 30 años en Madrid engordando la flamencología. El maestro de la guitarra acompañó al cantaor en tres recitales celebrados. el pasado enero en el Teatro Albéniz de Madrid, que se han convertido en disco. Melchor debutó en Madrid con 16 años en los Canasteros, el tablao de Manolo Caracol. Ya entonces se traía los toques aprendidos de casa (su padre fue el gran tocaor Melchor de Marchena). Acompañó a las grandes figuras: Caracol, Mairena, Fosforito, Luis de Córdoba o Mercé y cuando el turismo cambié la cara de los tablaos madrileños Enrique salió de gira por todo el mundo con Paco de Lucía. Ahora además de actuar y grabar con José Menese, compone, produce y de cuando en cuando coge el AVE y vuelve a Andalucía.Pregunta. ¿Qué recuerda de los tablaos?
Respuesta. Fue la época más bonita de mi vida, porque aunque no se ganaba tanto dinero como ahora, ahí estaban los mejores artistas de la historia reciente. El 90% de los que trabajaban en aquellos tablaos han llegado a ser figura, fue la época de oro de buenos cantaores, bailaores y guitarristas. Madrid me ha tratado muy bien, y creo que a la mayoría de los artistas. Yo me siento madrileño.
P. ¿Qué toque le pega a esta ciudad?
R. Puede que sean los caracolillos, porque ésta es una ciudad muy abierta y, además, mientan el nombre de la calle de Alcalá. En Madrid se levantan en los recitales cuando suenan los caracoles. El flamenco es tan grande y diferente como Madrid y aquí gusta tanto la pureza como los nuevos flamencos.
P. ¿Y usted dónde se sitúa?
R. Yo estoy entre dos aguas: en lo puro y abierto a, otras músicas; colaboro también con Jorge Pardo o Antonio Ramos, porque las guitarras se integran, no como el cante, que no se mezcla. A mí lo mismo me ven en el Albéniz que en la sala Revólver.
P. ¿Y en qué escenario se siente mejor?
R. Yo en el escenario no me siento nunca a gusto, porque lo paso tan mal que es imposible. Los días antes de trabajar casi ni duermo de los nervios.
P. Si Madrid fuera una guitarra qué cuerda le suena desafinada?
R. En Madrid, ninguna, porque Madrid ha sido una escuela para todos los artistas. Hay tantísimos sitios para trabajar y tantísimo respeto del público que no me puede sonar ninguna cuerda desafinada aquí. Lo que no me gusta de Madrid son los coches y que cada vez está la gente más nerviosa.
En el Albéniz. José Menese, al cante, Enrique de Melchor, a la guitarra. Grabado en directo en el Teatro Albéniz. Fonomusic. Precio: 1.895 pesetas.
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