Los trabajadores de gasolineras paralizarán el servicio en el inicio de vacaciones
Los intentos de última hora para evitar el conflicto de gasolineras no dieron ayer resultado. Las discrepancias sobre el convenio entre la patronal y los sindicatos se mantienen y los trabajadores del sector preparan varias jornadas de huelga, divididas en tres fases, que pueden paralizar las gasolineras en fechas clave del inicio de las vacaciones de verano. La primera fase está prevista entre las 6 horas del jueves hasta las 6 horas del sábado próximos -29 y 30 de junio y 1 de julio-; la segunda para los días 14, 15 y 16 de julio y la tercera para los días 31 de julio y 1 y 2 de agosto, todas en fechas claves para las salidas y/o regresos de vacaciones.
El convenio colectivo afecta a 26.000 trabajadores, pertenecientes a las casi 6.300 gasolineras que hay en España (5.006 estaciones de servicio y 958 surtidores a final de 1994), tanto públicos como privados. El desacuerdo se extiende a los servicios mínimos. En la reunión celebrada ayer por la Administración, los sindicatos y los empresarios no se logró níngun tipo de compromiso.La Confederación de Estaciones de Servicio y la patronal de Madrid propusieron ayer que funcione un 20% de gasolineras con carácter general. En el caso de Madrid y las grandes ciudades ese porcentaje subiría hasta el 28%. Los sindicatos UGT y CC OO mostraron su rechazo a esos servicios mínimos y manifestaron que, como máximo, debe abrir un 15% de las estaciones de servicio ubicadas en poblaciones. Respecto a las situadas en carretera, una cada 50 kilómetros. Ante la falta de consenso serán los responsables del Ministerio de Industria y Energía, quienes fijarán hoy los servicios mínimos.
La huelga se debe iniciar a las 6 horas del jueves, cuando entra el primer turno a trabajar -en algunas estaciones es a las 7 horas-, y se extenderá hasta que finalicen los turnos del sábado (6 horas del domingo), justo en el inicio de las vacaciones de julio. Este paro ha sido convocado por UGT y CC OO tras la ruptura de las negociaciones del convenio colectivo, que se produjo el pasado 24 de mayo. Se repite la historia del anterior convenio, que también desembocó hace dos años en la convocatoria de una huelga -aunque ésta no llegó a producirse y se logró un acuerdo cuatro horas antes de la fijada para el paro.
Congelar la antigüedad
En esta ocasión la ruptura del diálogo se ha producido por el intento de la patronal de congelar los ingresos por antigüedad ya devengada y reducir la antigüedad futura. Los sindicatos rechazan esa posibilidad así como la pérdida de un punto en el poder adquisitivo y argumentan que el sector tiene unos salarios reducidos (el salario medio se sitúa en 90.000 pesetas mes). Las centrales sindicales piden por ello un incremento salarial que mantenga el poder de compra. Otro punto de discrepancia consiste en que los empresarios quieren eliminar la figura de los delegados provinciales, que a juicio de las centrales es muy importante en un sector tan atomizado. A ello se suma el intento fallido de los sindicatos de negociar otros derechos laborales, como la incapacidad laboral transitoria o la salud laboral.
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