"Lo humano es morir en familia"
SHERWIN B: NULAND. CIRUJANOPregunta. ¿Por qué tendemos a ve la muerte como una derrota?Respuesta. La cultura médica moderna plantea bélicamente 1:3 supervivencia a toda costa. La victoria contra la enfermedad parece más importante que el enfermo. A fuerza de ver muertes, he aprendido que la muerte es inherente a nuestra especie. El ansia de salvación a toda costa es lo antinatural. No somos insustituibles. Es más, debemos ser sustituidos.
P. ¿Morir en casa o en el hospital?
R. Es mejor morir rodeado de los nuestros y de los objetos familiares. El hospital aterroriza, no es natural, es incluso indigno. Por supuesto algunas personas tendrán que morir en hospitales, porque merezca la pena intentar salvarles. Pero la mayor parte de la gente no tiene por qué, debe irse rodeado de cuanto ha significado algo para ellos. Justo lo contrario de lo que pasa hoy.
P. La medicina actual busca prolongar la vida con medios más y más avanzados.
R. Por supuesto me parece bien el progreso de la medicina laboratorista, yo mismo investigué el Hodgkin o las cardicipatías congénitas. Mi padre, a mi edad, era un anciano, y yo juego al tenis y estoy sano. Pero prolongar la longevidad no debe ser sino un paso. Lo importante es mejorar la calidad de la vida. De qué me sirve vivir 85 años si paso miserablemente los últimos cinco. El secreto está en tener un médico que nos conozca.
P. ¿Un geriatra o un médico de familia?
R. El geriatra, por su compasión, es lo más parecido hoy a un médico de familia. En Estados Unidos han desaparecido los médicos de familia. En mi ciudad, New Haven (150.000 habitantes), no hay ni uno. Eso sí, tenemos una universidad todopoderosá, y superespecialistas. Creo fundamental la cercanía humana del médico, En los hospitales hay tanta obsesión por el tratamiento que se perjudica la atención al enfermo. Hay que ocuparse de las personas, infundir serenidad.
P. ¿Está usted a favor de la eutanasia?
R. Debe ser un entendimiento general de la sociedad, algo tan admitido que no haga falta ni legislarla. En Holanda he visto que no tienen una ley para permitirla, simplemente está despenalizada; y sobre todo cada holandés puede contar con su médico de familia, no con un profesor o un especialista, sino con alguien que sabe de qué habla la pe rsona que dice "quiero morir".
P. En Oregón (EE UU) la eutanasia avanza legalmente.
R. Mi preocupación estriba en que, de cada seis personas que piden morir, sólo una es imposible de aliviar. Por tanto, aunque comprendo al movimiento de Oregón, no quisiera que lograse una ley federal, porque la eutanasia sólo debe llegar cuando no se pueda aliviar el dolor y hayamos agotado de verdad todos los medios. El problema es que nos centramos tanto en curar la enfermedad que ya no enseñamos a los médicos jóvenes a aliviar el sufrimiento. Se tiene miedo o se es renuente a dar los analgésicos necesarios. Mi propuesta es que cada caso lo examine un consejo de verdaderos expertos del dolor, médicos o no, gente capaz de proporcionar alivio y consuelo físico y espiritual al enfermo. Hay además en Estados Unidos grupos muy positivos de gente, cristianos, budistas, agnósticos, que preparan a los pacientes y a sus familias para vivir la muerte de forma natural. Hablan con el enfermo, consiguen la atmósfera. En 1980 fui vicepresidente de una de esas asociaciones.
P. ¿Qué me dice del doctor Kevorkian y de su práctica de la eutanasia en Estados Unidos?
R. Es un técnico de la muerte, no conoce a sus pacientes. Alguien que practique la eutanasia debe tener una relación lo más íntima posible con el enfermo. Pero Kevorkian nos ha obligado a pensar en la eutanasia: ése es su valor.
P. ¿Qué puede ocurrir en estos temas con el ascenso ultraconservador, el New Deal?
R. Su filosofía es favorecer los ricos. Son duros de corazón y reducirán los fondos de asistencia. Querrán que más gente si muera rápidamente y así ahorra dinero.
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