Los guerristas fracasan en su intento de que González ceda algo de poder a Guerra
Los guerristas no lograron ayer que el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, viera aumentado su su papel en el partido. Al término del Comité Federal, Felipe González dejó claro que no va a delegar en nadie el poder máximo que ostenta: "Sigo al frente y con todas mis fuerzas en la estrategia de recuperación y movilización del partido". Guerra se limitó a señalar que el PSOE debía mejorar su funcionamiento y, sobre las relaciones partido-Gobierno, hizo esta afirmación: "Nos autoexcluimos para no crear zonas de rozamiento".
Los guerristas acudieron ayer al comité federal dispuestos a proclamar su lealtad absoluta al presidente del Gobierno, Felipe González, y a pedirle al mismo tiempo que, dadas sus muchas tareas al frente del Ejecutivo de la nación, no estaría mal que cediera parte de su responsabilidad al frente del PSOE a Alfonso Guerra. Al final de la jornada no hubo duda de que no iba a ser así, lo que hizo respirar con alivio a los dirigentes del sector renovador. González afirmó, para cerrar el comité federal, que seguía al frente del PSOE con renovados bríos para afrontar la recuperación y movilización del partido.Este ha sido un comité federal "volcado en el partido", como señalaron muchos de sus miembros, y en el que no se han vivido grandes discrepancias entre renovadores y guerristas. Uno, y otro sector han coincidido en la necesidad de dar mayor protagonismo a la organización, una vez que los resultados electorales han dejado patente la pérdida de mucho poder institucional.
Algunos dirigentes destacaron que en este comité se han afrontado, asuntos hasta ahora inéditos, tales como la sucesión de Felipe González. En este punto, el ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, fue muy claro. Después de decir que el debate sobre el relevo de González no es conveniente en estos momentos, señaló que debe ser el propio Felipe González quien debe decir si va a ser el próximo candidato y no esperar a que el partido se lo pida. Inmediatamente, Borrell dijo no tener duda alguna respecto a que González sí querría volver a asumir la cabecera del cartel electoral. "Si no quiere serlo debe haber diez nombres encima de la mesa y no buscar una semana antes a un Jospin", aseguran que dijo Borrell. En esta línea, hubo muchas proclamaciones de reafirmación hacia el liderazgo de González algo que, al menos ayer, no fue discutido por nadie. Antonio Santesmases, de la corriente Izquierda Socialista, que había expresado en la puerta de la sede federal del PSOE su opinión de que en las próximas elecciones el candidato a la presidencia debía ser otro, visto el desarrollo de los acontecimientos, felicitó irónicamente a Felipe González por tantos apoyos y le invitó a que él mismo abriera el debate de la sucesión.
Las únicas críticas vinieron de labios del presidente en funciones de la Comunidad de Marid, Joaquín Leguina, que reprochó a González cierta inhibición. "Le quiero pedir al secretario general que no haga de don Tancredo", dijo Leguina. El gaditano Ramón Vargas Machuca también cree que a veces se "mira hacia otro lado" cuando vienen problemas, pero extendió esta actitud a todo el partido.
Ayer se habló mucho del antiguo programa 2000, coordinado hace años, por Alfonso Guerra y que movilizó a miles de peronas de todas las federaciones socialistas para poner al día el mensaje socialdemócrata. Varas Machuca, que en esos tiempos participó en tal proyecto, pidió que se reeditara ese formato no tanto para hablar de ideas, sino para discutir sobre el modelo de partido. El propio Guerra también sacó a colación el que fue su invento, pero ahora para discutir sobre propuestas, programas y soluciones que permitan a los socialistas recuperar el voto perdido.
A través de la resolución que noche aprobó el comité federal, es posible que algo de esto surja. De momento, los socialistas harán una conferencia en la que se tratarán todos estos asuntos.
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