La alegría y la tristeza conviven en IU tras los resultados

El cuartel general de los candidatos madrileños de Izquierda Unida, situado en el céntrico hotel Victoria, experimentó ayer una alegría amarga. Ante los primeros sondeos, los sentimientos se encontraron cara a cara. La barrida inicial del Partido Popular caló más hondo que el aumento de votos de la coalición izquierdista, y a un joven militante se le escapo un grito ante el televisor: "Yo no quiero ver esto", dijo.Poco a poco, sin embargo, los ánimos fueron creciendo ante los resultados favorables de la coalición. "La subida del PP es lamentable, pero en Izquierda Unida somos guerreros y sabemos hacia dónde vamos", afirmó María Luisa Castro, número tres en el Ayuntamiento de la capital. Juan Ramón Sanz Arranz, número seis en la lista a la Asamblea de Madrid, añadió: "Hemos apostado por nosotros mismos. Así que ante estos resultados tenemos que ser optimistas".

Poco antes de las once de la noche apareció por primera vez uno de los cabezas de lista de Izquierda Unida en Madrid. Paco Herrera, entre aplausos, afirmó exultante: "Izquierda Unida de Madrid está en la vanguardia de IU en España. El salto en la capital supone entre un 70% y 75% más de los votos que sacamos en las anteriores elecciones". Herrera era aclamado por una sala que a esas horas ya estaba abarrotada, y en su mayoría por militantes muy jóvenes.

Con el 76,45% de los votos escrutados, IU había obtenido el 15,6% de los votos al Ayuntamiento de la capital, lo que le daba nueve concejales, tres más que los obtenidos en 1991. En la Asamblea regional son 17 los escaños, de un total de 103.

A la sede de IU, donde el tradicional canapé fue sustituido por los bocadillos de tortilla y salchichón, también llegó Marcelino Camacho. El viejo sindicalista se mostró optimista y afirmó: "El felipismo recibe hoy un golpe de muerte. Sólo con la llegada del PP es posible la reorganización del partido socialista y el resurgimiento de los movimientos obreros".