DELGADO, COMO UN NIÑO.
Pedro Delgado, ya retirado de la bicicleta, no pierde oportunidad de estar cerca de sus antiguos compañeros allá donde puede. Ayer, en la Puerta del Sol de Madrid, en la salida del Gran Premio de Alcobendas, el ganador del Tour de 1988 se sintió niño de repente y se acercó a su ídolo, Miguel Induráin, a pedirle un autógrafo. Durante la carrera, Induráin continuó su puesta a punto con vistas al Tour y rodó escapado una cincuentena de kilómetros junto a Melchor Mauri. La victoria se la llevó al sprínt el italiano Federico Colonna (Mapei).
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