Víctor Fernández, el sargento sin látigo
Del elogio más rotundo, a la crítica más feroz. La fuerte personalidad de Víctor Fernández hace que sus jugadores no tengan opiniones intermedias sobre la forma en que dirige la plantilla.Enamorado del fútbol hasta términos obsesivos, aprovecha los días de asueto para seguir viendo fútbol. Cada vez que el Zaragoza juega en sábado, su jornada dominical es idéntica: elige un campo cuya proximidad le permita viajar en coche y junto a su esposa, Olga, acude a ver las evoluciones de algún rival. En los viajes suele acompañarse de lectura. Novela o deporte son sus preferencias, pero en caso contrario cualquier cosa que lleve letra impresa le permite distraerse.
Se aleja completamente del prototipo de entrenador con látigo. En el vestuario, las reprimendas se limitan a aspectos técnicos y los gritos suelen escasear. Cuando se trata de temas personales, acostumbra a dialogar con los afectados en privado. Pasear por el campo de entrenamiento suele ser su método preferido. Personas muy próximas dicen que "jamás podría ser jefe! de personal en ninguna empresa" porque pasa los peores tragos cuando tiene que comunicar a algún jugador su baja en el club.
Dicen, quienes le valoran, que contemporiza al ,máximo para evitar conflictos. Esnáider, por ejemplo, jamás ha sido sancionado pese a los desaires a que ha sometido al técnico en público. Sus detractores, sin embargo, cuestionan esta actitud. Un jugador de la plantilla afirma que. "hasta el momento no ha tenido problemas porque los resultados actúan de bálsamo en el fútbol, pero cuando lleguen las vacas flacas, o Víctor gana en carácter o un vestuario de los que abundan en el fútbol español se lo puede comer". Y afirma rotundo: "Le falta mala leche".
Un detalle puede clarificar la situación. Pardeza, junto a Cedrún el jugador más veterano del equipo, y uno de los futbolistas con formación cultural más sólida, se convirtió en el principal valedor de Víctor cuando se incorporó al Zaragoza. Incluso había viajes en los que ocupaban asiento juntos. Esta temporada, al ser suplente, el Ratoncito criticó al técnico en la prensa por no darle explicaciones. El diálogo había dejado de ser fluído entre ambos.
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