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BALONCESTO SEMIFINAL LIGA A. C. B.

El Unicaja llega pletórico a la final

El TDK Manresa claudica ante el equipo malagueño

Robert Álvarez

El Unicaja de Málaga fue concluyente en Manresa. Su discurso no dejó ni siquiera balbucear al TDK Manresa en un partido que deja algo para la historia: el Unicaja, un equipo que no figura en el gotha del baloncesto español, alcanzó la final, reservada hasta ahora a los grandes clásicos. Apenas habían discurrido cinco minutos, 4-16, y los malagueños ya habían dejado en evidencia la rotundidad con la que pretendían llegar a la final.El TDK, un equipo que ya había celebrado su triunfo sobre el Taugrés como la culminación de su incuestionable epopeya, quedó inerme ante la agresividad y el trepidante ritmo que utilizó su rival. Tampoco estaba el equipo manresano pletórico precisamente. Lesionado Townes, su técnico, Salvador Maldonado, prefirió alinear a Lisard como encargado de vigilar a Babkov. Pero el escolta ruso ya había cargado con tres faltas a Lisard antes del octavo minuto.

Desposeído del ritmo de juego que más le convenía los manresanos prefieren un mayor control sobre sus acciones-, sobrepasado por la fuerza en el rebote de Miller y Ansley y presionado en todo momento, el TDK, se vio obligado a la rendición incondicional.

El Unicaja aplicó un estilo demoledor. Todo su partido fue de manual. En el aspecto defensivo, presionó por toda la pista, sin importar que ya fuera ganando por 13 puntos, 2639, a poco del descanso. En los tableros también dejó ver su eficacia. Superó en el rebote, especialmente en el ofensivo a sus rivales, aplicó la contra con profusión y metió cuatro de sus seis primeros triples.

Uno por uno, sus jugadores fueron intachables en su trabajo. Nacho Rodríguez dirigió el juego con la precisión de un cirujano. Apareció en los momentos más comprometidos para pasar y tirrar, siempre con buen juicio. Junto a Nacho Rodríguez, Bosch, otro jugador infravalorado, estuvo inconmensurable: certero en el tiro, intuitivo en las entradas, infalible en los tiros libres. Su conexión con Rodríguez es una de las más efectivas del baloncesto español. Es lo que se llama una pequeña sociedad. Arisley exhibió su poderío físico y su buena muñeca. Ésta última virtud es compartida por Babkov, un jugador que dio la impresión de leer bien el partido. El último de la lista fue Miller, uno de los mejores reboteadores de la Liga. Su radio de acción es muy cercano a la canasta, pero en esas posiciones es temible. Su intensidad defensiva fue vital para detener a Deon Thomas, la estrella local. Pese al empeño del TDK (51-53), no le quedó otro remedio que claudicar. La final se presenta jugosa. El Unicaja rezuma salud y bueno estará que la demuestre ante uno de los grandes.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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