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El juzgado de Aranjuez deja en simple falta el caso de los malos tratos

Los hermanos Rafael y Moisés Perales Chozas, delincuentes habituales, no tienen mucha suerte con los juzgados de Aranjuez (39.000 habitantes). Primero pasaron nada menos que 13 meses en prisión preventiva tras hurtar unos frascos de colonia en una tienda (el fiscal les acusaba de robo con intimidación y atentado a la autoridad, y pedía 12 y 13 años para cada uno). La juez de la plaza de Castilla de Madrid que recibió el sumario les absolvió de esos delitos, les condenó sólo por hurto (29 días), y remitió de nuevo el caso a Aranjuez para que se investigaran allí los malos tratos que presuntamente habían recibido los dos detenidos a manos de ocho agentes (en principio se informó que eran 10). Ayer, el juzgado de Aranjuez citó a declarar a los policías encartados y resolvió que todo se quede en un simple juicio de faltas, Los abogados de los dos hermanos se mostraron indignados.La sentencia de este juicio al que se sometieron seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía y dos de la Policía Municipal de Aranjuez se conocerá en los próximos días. Los hechos que juzgó ayer el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Aranjuez, Juan Ramón Rodríguez Llamosín, ocurrieron hace cuatro años. El fiscal ha pedido la absolución de los agentes implicados. Y Begoña Lalana, de la Asociación contra la Tortura -personada en el caso-, aseguró que recurrirá cualquier sentencia que se dicte allí.

"Si se dieron cabezazos contra las paredes, no deberían tener heridas por todo el cuerpo"

El recurso contra el futuro fallo del juez se producirá tanto si es absolutorio para los agentes como si resulta condenatorio por una falta por lesiones, cuya pena máxima es de 30 días de reclusión menor, algo que Begoña Lalana considera insuficiente. Pero no hay mis opciones una vez que el, caso ha sido juzgado en Aranjuez, porque allí no se puede sentenciar otro tipo de causas, sino sólo juicios de faltas. De ver indicios de delito, el juzgado de Aranjuez debería remitir el sumario -como ocurrió en el caso del supuesto robo con intimidación- a los juzgados de la plaza de Castilla.

Endika Zulueta, abogado de los jóvenes y también miembro de la Asociación Contra la Tortura, no vio satisfecha su petición de suspensión del juicio para su traslado a instancias superiores en la plaza de Castilla. "Un juzgado de instrucción sólo puede juzgar por faltas", dijo, "y esto, dos jóvenes que son detenidos sin motivo por la policía, trasladados a comisaría y a nuestro juicio agredidos por varios policías durante horas y torturados en dependencias policiales, no puede ser sólo motivo de una falta", dice Endika Zulueta.La hija de un policía

Los hechos que han dado lugar a este caso ocurrieron el 14 de mayo de 1991, cuando ambos jóvenes, los hermanos Rafael y Moisés Perales Chozas -delincuentes habituales muy conocidos en la localidad- entraron a las 19.30 en una perfumería de la calle de Postas y se llevaron varios artículos sin pagar. En el citado establecimiento trabajaba la hija de un policía nacional. Horas más tarde, a las 22.15, ambos fueron detenidos por agentes municipales que les vieron merodeando por una farmacia. La detención, según la sentencia dictada en Madrid, fue irregular, ya que en ese momento no estaban cometiendo ningún delito y sólo se atendió a su aspecto sospechoso. El abogado, de los agentes municipales manifestó que actuaron correctamente, "llamaron a comisaría y allí se les pidió que les detuvieran al existir una orden de búsqueda y captura".

Independientemente de la polémica sobre su detención, los hermanos fueron trasladados a comisaría, lugar donde presuntamente se produjeron los malos tratos. Según la versión de los agentes, los detenidos se autolesionaron dándose golpes en la cabeza y resistiéndose violentamente a la autoridad. La acusación, sin embargo, considera que hubo malos tratos. Los partes médicos -que llevaron a la juez de Madrid a solicitar que se abriera esta nueva causa por presuntos malos tratos- demuestran numerosas lesiones por todo el cuerpo en los dos detenidos (incluso uno de ellos, Rafael, tuvo que ser ingresado en el hospital Gregorio Marañón), y fueron necesarios 10 días para que ambos se recuperaran. El fiscal exigió en su día 12 y 13 años de cárcel para cada uno. Ambos pasaron nada menos que 13 meses en prisión preventiva -y todo a raíz del hurto de frascos de agua de colonia en la tienda- para luego ser condenados a sólo un mes.

"Sospecho", dijo Endika Zulueta, "que los policías podrían haber incurrido en un delito. La versión de los agentes de que se autolesionaron se cae por su propio peso, porque si es cierto que los jóvenes se autolesionaron, eso sería motivo de infracción para los agentes, que tienen la obligación de velar por la seguridad de los detenidos. Si es cierto que se dieron cabezazos contra las paredes, no deberían tener lesiones por todo el cuerpo, como señalan los partes médicos".Dentro de 15 días

Ni el abogado de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía ni los propios acusados quisieron hacer ayer ningún. comentario. Tampoco los portavoces de la comisaría de Aranjuez, que sólo comentaron que "los servicios jurídicos de la policía dirán algo si lo creen conveniente una vez que se conozca la sentencia", algo que sucederá en los próximos 15 días. Sólo el abogado de los dos agentes municipales, Carlos Esteban Luis, mostró su. satisfacción por el desarrollo del juicio y por la decisión del fiscal de pedir la absolución de todos los agentes implicados. Esteban agregó que hay que conceder "la misma presunción de inocencia para los agentes que la que se pide cuando se juzga a presuntos delincuentes".

El hermetismo del abogado de los policías nacionales llegó hasta el punto de que ni siquiera se facilitó su nombre. Al pedirle los periodistas su opinión sobre el juicio, respondió: "¡Después de cuatro horas hablando...!". Durante la vista, los agentes no fueron identificados con sus nombres, sino sólo con números, según la Asociación contra la Tortura. Los dos hermanos Perales Chozas acudieron esposados y no se les permitió hablar con los periodistas. Ambos están inmersos en sumarios por otros delitos. El día de los hechos acababan de salir de la cárcel.

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