Las expectativas andalucistas, muy limitadas
Los dos partidos andalucistas vuelven a afrontar unas elecciones con expectativas muy limitadas, como es habitual desde la escisión del Partido Andalucista (PA) en 1992.Tras el fracaso de la coalición bajo la que concurrieron a las autonómicas de 1994, el PA y el Partido Andaluz de Progreso (PAP) volverán a enfrentarse en las urnas, lo que parece que les condenará, salvo excepciones aisladas, a protagonizar un papel meramente testimonial en las corporaciones locales.
Ante la poca confianza que hoy despierta el andalucismo, las mayores posibilidades se localizan al abrigo del fuerte carisma personal de algunos de sus dirigentes, especialmente el de los dos irreconciliables, Alejandro Rojas Marcos (PA) y Pedro Pacheco (PAP).
En Sevilla, Rojas-Marcos tiene carta de libertad para hacer y deshacer según sus intereses y aun a riesgo de que su estrategia pueda parecer a veces contradictoria con la del partido. Eso sí, el retener la alcaldía sería un triunfo especialmente simbólico para el andalucismo.
En Jerez, Pacheco deberá medir su indudable capacidad de liderazgo con el desgaste de 16 años.
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