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Entrevista:

"Si no hay un ballet estable, habrá tomates en el Teatro Real"

,Raúl Cárdenes, bailarín de 33 años, cambió hace dos años los escenarios y las salas de ensayo por el despacho en el que ejerce como presidente de la Asociación Profesional de la Danza, una agrupación que en Madrid cuenta con unos quinientos socios de todas las ramas del baile. Hoy, Día Internacional de la Danza, los profesionales de este arte quieren dar a conocer su situación, problemas y reivindicaciones.

Pregunta. ¿Qué objetivos tiene la asociación que usted preside?

Respuesta. Reivindicar lo que no existe: un espacio para la formación y difusión de la danza. Pedimos que exista un departamento de danza en el Ministerio de Cultura. Que seamos minoría no significa que tengamos menos derechos.

Gala del Día Internacional de la Danza

Teatro Albéniz (Paz, 11) a las 20.30. De 1.000 a 2.000 pesetas.

P. ¿Cuáles son los problemas más graves de los bailarines?

R. La carencia de un convenio colectivo para esta profesión, la falta de un estatuto del bailarín, que tiene unas características propias. Tenemos que buscar como sea la jubilación anticipada.

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P. ¿Qué características son ésas?

R. Nuestro físico. Tenemos que cuidarlo, siempre estamos al borde de la lesión. El bailarín tiene un tope de edad, en torno a los 30 años. Entonces la mayoría tiene que optar por otra profesión, cuando podría seguir ligado a la danza de muchas otras formas. Reivindicamos el prefesional de la danza.

P. ¿Qué hace un bailarín cuando se retira?

R. La mayoría tiende a dar clases, aunque no todos están capacitados.

P. ¿Hay solidaridad entre su colectivo?

R. Para ciertos asuntos, sí. No podemos seguir callándonos, y tampoco consiste en protestar de boca. Hemos tenido charlas con el Ministerio de Cultura y la Comunidad y se ha firmado un plan de apoyo a la danza, aunque no se ha hecho nada luego.

P. ¿Hay muchos bailarines que vivan de la danza?

R. Se puede decir que, de 10.000 bailarines, 500 viven del baile. Muchos tienen que irse al extranjero. Cada comunidad autónoma española podría tener su propia compañía sólo contraer sus bailarines que trabajan en compañías extranjeras.

P. ¿La situación de la danza en Madrid es diferente de la existente en otras ciudades?

R. Aquí se forma muy bien, pero no hay espacios para bailar, y los profesionales están empezando a abandonar la ciudad. Nosotros exigimos que el futuro Teatro Real tenga un ballet estable. Si no se garantiza eso, habrá tomates y pancartas el día de la inauguración.

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