Argentina acaba con la carrera de España
El oficio y el sentido táctico neutralizaron el fútbol fluido y vital
Argentina acabó con el pavoneo de España en el Mundial sub 20. Fue una derrota seca y cruda en plena carrera. Creía el grupo _de Goikoetxea que su fútbol fresco y vital no tenía oposición en una competición reservada para juveniles. Pero de golpe emergió un contrario venido de otro torneo. Nadie hubiera dicho que. aquellos argentinos. tenían menos de veinte años. Jugaron siempre con el oficio propio de, unos profesionales. Desarmaron primero al rival y luego lo derrotaron con tres golpes puntuales. La efectividad con la que ejecutaron su tarea resultó impropia de un grupo de noveles.El partido ya nació torcido para España. Es cierto que tuvo una buena arrancada. Tres remates en sólo seis minutos ratificaron el guión previsto: los españoles tomaban la iniciativa y obligaban al rival a vivir de la especulación. Pero esta vez el adversario le cogió muy pronto el aire a la contienda.
Tiene mucho oficio el colectivo argentino (sólo cuatro de los convocados no han debutado en Primera División) y sabe pararse como nadie en la cancha. El conjunto de Pekerman le hizo a España el mismo nudo que a Camerún, otro equipo que presumía de su fútbol ofensivo. Le ligó de pies y manos.
Los argentinos mataron el partido a diez metros de su área. Taponaron las bandas, para cortar la penetración de los volantes españoles, y aislaron a Iván de la Peña -el medio centro por excelencia- en tierra de nadie. Había que evitar que el partido tuviera ritmo y fluidez, aunque para ello hubiera que recurrir a faltas tácticas en la línea de tres cuartos.
El equipo de Goikoetxea no tuvo otra alternativa que vivir de los lanzamientos a balón parado. Nunca entraron en juego los delanteros. Los centrocampistas no conectaron con los extremos ni con los puntas y se enzarzaron en una pelea barriobajera en la ventana del área de la que no sacaron ninguna ventaja.
Incómodos en ataque, los españoles fracasaron además en defensa. N o perdonó Biagini, la estrella argentina, en el primer disparo franco que tuvo. El gol del delantero del Newell's Old Boys que acaba de cumplir 17 años descompuso el juego español y armó de razón al fútbol argentino. España sólo dio fe de vida en el arranque del segundo tiempo cuando Goikoetxea renovó el carril derecho con los cambios. Fue una resurrección muy corta. Los argentinos replicaron con un segundo gol que sentenció el choque.
El orden táctico argentino inutilizó el juego ofensivo español. Los chicos de Goikoetxea no supieron crear espacios, ni desbordar en el uno contra uno, ni llegar al área desde la medular. Acostumbrados. a jugar siempre con ventaja en el marcador no pudieron sobreponerse a la ventaja argentina y, nuevamente, cayeron en puertas de una final cuando las apuestas señalaban que esta vez superaría, por fin, el subcampeonato logrado en la URSS 85.
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