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FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

Un gol de Juanito mantiene la opción UEFA del Sevilla

El Valladolid tiro una vez en 90 minutos a la meta de Unzué

¿Por qué no habré ido yo a ver a Curro? El partido fue un sopor y los pocos incondicionales que cambiaron la proximidad de la playa con 30 grados de temperatura o la apertura del ciclo taurino sevillano, con Curro Romero y Espartaco como cabeceras de cartel, para acudir al Sánchez Pizjuán, se lo preguntaban como cuestión existencial cumplido el primer acto del encuentro. Un Sevilla acomplejado en su casa y un rival desahuciado de la máxima categoría ofrecieron un pobre espectáculo. únicamente los detalles de calidad de Suker y Dumitrescu salvaron la contienda. Mejor el rumano que el croata. El gol de Juanito justificó la tarde y sirvió para dos cosas. La primera, para mantener las opciones del Sevilla para lograr una plaza europea. La segunda, para que los fieles sevillistas no maldijeran su elección y saborearan la victoria de su equipo, que supo a más al unírsele la derrota bética en Mestalla.El partido, además, comenzó gafado. En la primera opción de gol se dieron un cúmulo de errores propios de un partido de colegio. Un balón suelto en el área provocó una salida estrepitosa de César, que quedó fuera de sus dominios. Prieto bombeó el balón sobre el area pequeña y Suker lo cabeceó hacia el marco. Belodedici evitó el gol, cantado en la grada, con un manotazo claro que se vio desde cualquier rincón del estadio menos desde donde se encóntraba Gracia Redondo, mal colocado, al igual que su juez de línea. El penalti y la expulsión del Ubero rumano quedaron sin señalar.

A partir de ahí el Sevilla arrinconó al Valladolid con jugadas aisladas que se quedaban sin remate en los metros finales, salvo un cabezazo de Moya al larguero. Dumitrescu aún no habla el lenguaje de sus compañeros y sus centros sobre el área chica pasaban de largo buscando que alguien los empujara a las mallas.

Enfrente, el Valladolid no ofreció un sólo detalle. Deambuló por el césped con un relativo orden defensivo pero con la lápida del descenso grabada en cada acción. Su única alternativa fue apostar por la igualada inicial y aprovechar las dificultades que su rival de ayer, el Sevilla, encuentra cuando debe ser él, quien apueste por el fútbol de ataque y no por el contrataque; cuando tiene que manejar el partido, crear desde su área, y soportar encima la presión de su grada.

La jugada del gol también fue para guardarla. Dumitrescu lanza un comer. Pedro remató sólo desde el centro del área, y César, en lugar de rechazar el balón hacia fuera, se lo dejó muerto a Juanito para que este marcara su primer gol como sevillista.

El resto: Miedos en el Sevilla e incapacidad del Valladolid que sólo remató directo sobre Unzué una vez en todo el partido. Fue Urban, pero este polaco no se parece ya en nada al que jugaba en el Sadar.

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