Sin oposición en la medular
El Madrid sólo sudó el sábado, cinco minutos, los primeros. Se encontró un rival que no le recibió con el habitual cerrojo, más bien al contrario, y lo aprovechó. El Atlético enseñó un equipo con cuatro delanteros y seis defensas. Renunció al centro del campo. Y así, regaló el partido al Madrid. Redondo jugó por primera vez con tres y cuatro rivales a sus espaldas, y su equipo disfrutó de muchas facilidades para manejar el balón. El equipo de Valdano se crece cuando tiene la pelota.El conjunto blanco superó sin demasiados problemas la primera presión de Atlético, gracias fundamentalmente al comportamiento estático de Kosecki, Kíko y Valencia. Luego, se movió a gusto en la línea siguiente, la medular, donde siempre se vio en franca superioridad numérica. Dobrovolski contribuyó lo suyo, ya que apenas se movió en tareas defensivas. El Madrid se dejó llevar por el buen toque de sus futbolistas y su movilidad y acabó por destrozar a la defensa rival, que no pudo tapar nunca la superioridad madridista de mitad de campo hacia adelante.
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