La vertiginosa vida de Sampras

Pete Sampras, hasta ayer número uno del tenis mundial, sólo pretende dormir. Llegó a Barcelona el domingo por la mañana y desde entonces su vida se ha convertido en un torbellino. Aún no se ha librado del jet-lang -cansacio provocado por el cambio horario- pero apenas le queda tiempo para tenderse tranquilamente en la cama y olvidarse de todo. Ayer se entrenó en el RCT Barcelona. Pero sus sesiones preparatorias y las de Sergi Bruguera mantuvieron vivo el interés en una jornada inicial del Trofeo Godó en la que Carlos Costa y Óscar Martínez y Roberto Carretero superaron la primera ronda.

Sampras no ha salido ni una sóla vez a conocer la ciudad desde que está en Barcelona. Su vida se limita a entrenarse, fir miar autógrafos, acudir a los múltiples actos que se han montado en torno a su fligura y descansar cuando puede. Eso último no le resulta nada fácil.

"Lo único que quiere es estar tranquilo", confesé ayer una persona muy cercana al tenista estadounidense. Cuando llegó a Barcelona se encontró con Toni Corominas -persona encargada de resolver los problema! logísticos de los jugadores-, a quien recordaba aún de los JJ OO de 1992, y le dijo: "Igual que en los Juegos, Toni". Sampras no solicita cuidados especiales, pero su condición de número dos mundial le permite disfrutar de algunos beneficios ajenos al resto de los jugadores. Ayer, se entrenó por la mañana con Emilio Sánchez, que por cierto llegó tarde, y por la tarde, con Álex Corretja. El club puso a su disposición un vestuario para él en exclusiva.