Rodríguez Piñero dice que el sistema constitucional "garantiza el orden político y la paz social"

El presidente saliente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero, hizo ayer, en su discurso de despedida con motivo de la renovación parcial del alto tribunal, una "obligada referencia" a los signos de "polémica y preocupación" que se observan "en el clima político y económico" y lanzó "un mensaje de esperanza para los ciudadanos españoles" con una afirmación rotunda: "Contamos con un sistema constitucional que garantiza el orden político y la paz social". Después, Rodríguez Piñero impuso la medalla de magistrado, "en signo de la toma de posesión de su cargo" a los dos juristas designados por el Gobierno y a los dos elegidos por el Con sejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El auditorio estaba integrado por numerosos juristas y en él se encontraban el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y los ministros de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch; los presidentes del Tribunal Supremo y CGPJ, Pascual Sala, y la Audiencia Nacional, Clemente Auger, y el fiscal general del Estado, Carlos Granados. El presidente saliente del alto tribunal -que tiene pendientes de admisión los primeros recursos contra la competencia del juez Baltasar Garzón en el caso GAL por el que está en la cárcel el ex secretario de la Seguridad del Estado Rafael Vera- no rehuyó referirse a la situación actual "con unas ideas forzadas", dijo, "por las circunstancias que nos rodean".Rodríguez-Piñero aseguró que el Tribunal Constitucional, "desde su creación, ha tratado de ser una institución discreta, que habla a través de sus decisiones motivadas".

Disputas y progreso

Pero sin querer quitar protagonismo a los nuevos magistrados, que previamente habían jurado sus cargos ante los Reyes en el palacio de la Zarzuela, trató de aprovechar sus últimos minutos al frente del máximo intérprete de la Constitución para tranquilizar a los ciudadanos. Advirtió que "los momentos de disputa dialéctica, o más que dialéctica, no son ni serán obstáculo para el progreso del país en un clima de libertad, pluralismo, justicia y tolerancia".

El presidente saliente añadió que el Tribunal Constitucional "ha venido desempeñando, y seguirá haciéndolo, una función de garantía del respeto de las reglas constitucionales y los derechos fundamentales de la persona, y una función moderadora en las relaciones entre los protagonistas de la vida constitucional".

Rodríguez-Piñero impuso la medalla de magistrado del primero a Manuel Jiménez de Parga, a quien correspondió sentarse junto a uno de sus numerosos alumnos como catedrático de Derecho Constitucional: el actual magistrado del alto tribunal Carles Viver Pi-Sunyer.

Seguidamente, tomó igualmente posesión de su cargo Tomás S. Vives, catedrático de Derecho Penal y ex vocal del CGPJ Tras los dos designados por el Gobierno, se incorporaron al alto tribunal los dos jueces procedentes del Supremo: elegidos por el CGPJ: Javier Delgado Barrio y Enrique Ruiz-Vadillo, este último expresidente de la Sala Segunda del Supremo.