Los laboristas obtienen el control de 20 de los 29 ayuntamientos de Escocia
La estrepitosa derrota conservadora en las elecciones municipales escocesas celebradas el jueves, en la que los tories perdieron el control de los cinco ayuntamientos que poseían, se ha visto gravada por un espectacular ascenso del Partido Laborista. De los 29 nuevos municipios en que ha sido dividida Escocia, 20 han quedado en manos del partido de Tony Blair. El único dato positivo para Major es que su partido ha evitado la humillación total de quedar cuartos, como último partido. Han sido, eso sí, terceros.
Ayer, un inusualmente deportivo John Major felicitó a sus principales rivales, reconociendo sus "buenos resultados", electorales al tiempo que culpaba de la derrota tory a las "divisiones internas" en un partido cada vez más problemático. La magnitud del éxito laborista queda de manifiesto en su absoluto dominio de las principales ciudades escocesas. Edimburgo, Aberdeen y Glasgow pasarán a ser feudos laboristas tras el refrendo masivo de un electorado que, todo hay que decirlo, no mostró especial entusiasmo por la cita electoral del jueves. Sólo un 40% del censo escocés acudió a votar. Un porcentaje ligeramente inferior al de anteriores comicios.
Sin, embargo, los analistas políticos coincidían en señalar ayer la gravedad de la derrota conservadora en Escocia como un pequeño botón de muestra de lo que. puede ocurrir el 4 de mayo en las elecciones municipales de Inglaterra y Gales.
El ministro laborista en la sombra para Escocia, George Robertson, no podía disimular ayer un júbilo extensivo a todos los niveles del partido. Tanto Robertson como Tony Blair consideraron que. el voto de "castigo" a los tories no es sino una muestra de rechazo a la política nacional desarrollada por el partido de Major. "No se trata tan sólo de un veredicto electoral local", dijo Robertson, sino "de un juicio nacional".
Pero no sólo las huestes de Major han quedado vencidas y humilladas en Escocia: el propio partido nacionalista de Alex Salmond, segunda fuerza política, ha quedado notablemente lejos de la primera posición, con una pérdida del 3% de los votos sobre las elecciones regionales y europeas del año pasado. Robertson disfrutó señalando que en el futuro Ayuntamienio de Edimburgo no habrá un solo concejal del PNE.
Major, por su parte, durante su visita oficial a Somerset (Inglaterra) -donde ayer inauguró una escuela entre abucheos y silbidos-, advirtió a los laboristas que el éxito escocés no tiene por qué ser homologable en Inglaterra y Gales.
La mayoría de los pesos pesados tories en Escocia, empezando por el titular de la cartera local, lan Lang, se mostraron "decepcionados" por los resultados. Lang, con todo, insistió en el peligro que representa la permanente división del partido.
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