De sílfides a toneles

No son exigencias de la moda, pero el tipo de los pilotos varía de temporada en temporada. Este año, una epidemia se extiende por la ya dolorida y polémica. fórmula 1. De un año para otro, los pilotos han engordado. No se sabe si a base de vitaminas, de pesas o de saciarse en la mesa, pero el alemán de Benetton Michael Schumacher, campeón del mundo, pesó antes del Gran Premio de Brasil, nueve kilos más que la temporada pasada y carga ahora en su esqueleto de 1,74 de altura con 77 kilos, según publica el diario deportivo francés L'Équipe. Y no es el único, su rival en Williams, Damon Hill, pesa 5,5 kilos más, y el austriaco de Ferrari Gerhard Berger otros tantos.O quizás la causa sea otra. Como por ejemplo, un intento de las escuderías para trampear con las normas de la federación internacional (FIA) para reducir la velocidad y ganar en seguridad. El año pasado, el peso mínimo de los vehículos no debía ser inferior a 515 kilos sin piloto. Éste se pesaba con el coche antes de cada Gran Premio y después se restaba su peso para conocer el exacto de la máquina. Así, cuanto más delgado estuviera el piloto más seguridad tenía el constructor de que su coche estaría por encima del peso mínimo.

Este año, para evitar esa trampa -pilotos adelgazados-, la FIA estableció un nuevo peso mínimo de 595 kilos piloto incluido. La federación se, basó para exigir esa cifra en que el peso medio de los pilotos la pasada temporada era de 70 kilos, con lo que, en total, lograba que los coches pesaran 10 kilos más como mínimo y obtenía una pérdida de rendimiento de dos décimas de segundo por vuelta, aproximadamente.

Pero a la FIA le ha salido el, tiro por la culata. Con su espectacular engorde, Schumacher ha conseguido que su vehículo puede pesar 518 kilos, o sea, sólo tres más que el mínimo del año pasado.

Y otra ventaja, el engorde no es permanente: el propio Schumacher confesaba que durante el Gran Premio de Brasil había adelgazado seis kilos, aunque los cálculos científicos lo consideran una exageración. Para los técnicos, durante un Gran Premio se pueden perder en sudor de dos a cuatro kilos dependiendo de la constitución del piloto.