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Reportaje:

Cuando arbitrar es un privilegio

Hay colegiados que ganan en un partido internacional su sueldo de medio año

¿Se imaginan al secretario general de la Federación Española de Fútbol pluriempleado como árbitro? Lo que aquí sería un escándalo es un privilegio envidiable en la antigua república de la ex Unión Soviética, Bielorrusia. El secretario de su Federación es el árbitro internacional Vadim Zhuk. Zhuk, como muchos otros colegiados del Este europeo, de Suramérica o África, puede multiplicar su sueldo gracias al arbitraje cuando sale al extranjero.

Un partido internacional supone para un árbitro 525 dólares limpios (unas 60.000 pesetas). Si pertecene a la UEFA, habrá que sumarle otros 800 dólares en concepto de primas. El salario mínimo mensual en Rusia, por citar uno de esos países, es de seis dólares.

"Con esto me compro una casa", confesó un árbitro suramericano al colegiado español Manuel Díaz Vega en el pasado Mundial. Mientras hablaba, el árbitro suramericano echó sus cuentas. La FIFA pagó a los árbitros durante este campeonato 175 dólares por día en concepto de dieta. Los que estuvieron en Estados Unidos hasta el final percibieron un mes de dietas: detalles aparte, la cantidad que se pagó se aproximó a los 6.000 dólares, unas 800.000 pesetas, cifra superior a la renta per cápita anual de Brasil, Bolivia, Colombia y Uruguay, la mayoría de países asiáticos y la totalidad de africanos -el país con mayor renta per cápita es Gabón, con 4.000 dólares-.

"Hay colegas que son unos privilegiados en sus países", comentó Díaz Vega, internacional español. El pasado mes habló de este asunto con árbitros de los países de la antigua Europa socialista en una concentración organizada por la UEFA en Malta. "Un profesional medio en Bulgaria, por ejemplo, un abogado o un médico", indicó Díaz Vega, "gana entre 7.000 u 8.000 pesetas mensuales, unos 60 dólares". La dieta diaria de esta concentración fue de 175. El árbitro búlgaro que asistió a esa concentración ganó en un día lo que en su país en tres meses.

El padrino de Stoichkov

Precisamente u n búlgaro, Atanas Ouzounov, de Plovdiv, arbitró hace algo más de s meses un partido amistoso en España, frente a Uruguay, en La Coruña. Ouzounov regresó a su país con los 25 dólares que le pagó la Federación Española y, además, umplió uno de sus deseos: dormir en Barcelona, en el omicilio de su compatriota risto Stoichkov. Ouzounov. e el padrino de boda del jugador búlgaro del conjunto azulgrana.

El pasado 1 de este mes el so Serguei Khussainov arbitró el Bayern Múnich-Gotemburgo, partido de ida de la Liga europea de Campeones. n la cartera pudo llevar 1.325 dólares

[525 de dietas y 800 de prima]. Otro árbitro internacional español, el malagueño Antonio López Nieto, también tiene sus historias que contar. "Coincidí en un campeonato", indicó, "con un árbitro de Georgia. Es ginecólogo y me dijo que ganaba 3.000 pesetas al mes. Me explicó que el dinero que recibía del arbitraje le resultaba fundamental". La renta per cápita de Georgia en 1993 fue de 560 dólares.

"Un partido internacional es un mal negocio para nosotros y otro tanto se puede decir de alemanes, ingleses e italianos...", dicen los españoles. "Económicamente no reporta nada", señaló Díaz Vega, trabajador de una entidad bancaria en Oviedo, "porque o lo pierdes como jornada laboral o en días de vacaciones. Desde que llegué a internacional, no he podido disfrutar más de 10 días de vacaciones al año". "Se tratade una cuestión de prestigio", es a justificación en la que también coinciden los árbitros españoles para asumir su condición de internacionales.

"¿Cómo se puede resolver el problema si todos los árbitros tienen que cobrar lo mismo?", se preguntó Doris Valek, encargada en la FIFA de os asuntos arbitrales. "No nemos la culpa de que haya países pobres. A todos los árbitros les pagamos en francos suizos. Lo justo es abonarles todos la misma cantidad. os árbitros de esos países no tienen tantas oportunidades como para dudar de su honestidad", concluyó esta funcionaria de la FIFA, organismo que acaba de designar secretario general adjunto al suizo Michel Zen-Ruffinen, para lo que ha tenido que abandonar el arbitraje activo.

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