Los pilotos españoles pugnan en dos frentes
La pasada madrugada se abrió en el circuito de Eastern Creek la larga carrera del Mundial de motociclismo. La primera carrera de la temporada en Australia ha supuesto el inicio de la defensa de los títulos por parte del australiano Michael Doohan (Honda 500), el italiano Max Biaggi (Aprilia 250) y el japonés Kazuto Sakata (Aprilia 125). También ha sido el comienzo de muchas otras batallas, entre ellas la que van a sostener los pilotos españoles. Todos hacen frente común con un objetivo: recuperar el buen tono de resultados y de aspiraciones que fue corriente hace unos años. Pero a la vez se enfrentan, uno a uno, categoría por categoría, pues en todos late una intención inconfesada: ser el mejor español del Mundial.La pelea en este sentido se presenta interesante. Es a tres bandas, una por categoría. Crivillé contra Puig en 500cc, Checa frente a D'Antin en 250cc, y Aspar ante Torrontegui y Alzamora en 125cc. En principio, todos ellos parten con buenas posibilidades de destacar en el campeonato. Pero eso no es todo. Batir al enemigo local acaba siendo una obsesión. Álex Crivillé y Alberto Puig, por ejemplo, tutean a las estrellas de 500. Y aunque en teoría el otro sólo es un rival más -eso dicen- se controlan sus resultados. En el inicio de la temporada, el primer asalto fue favorable a Crivillé, que logró el sexto tiempo en los entrenamientos, mientras Puig fue noveno tras sufrir una caída. Ambos quedaron lejos del dominador de la cilindrada, el campeón del mundo Michael Doohan (Australia).
Otras rivalidades
En 250cc, la rivalidad entre Carles Checa y Luis D'Antin se acentúa aún más por las diferencias que este último ha mantenido con el jefe de equipo del primero, Sito Pons. Es esta una lucha generacional. En la parrilla de Eastem Creek el joven catalán se situó sexto, cinco lugares por delante de su rival. La pole position la logró el campeón del mundo, el italiano Max Biaggi.
El pulso español se eleva a la máxima potencia en 125cc. Mientras Herri Torrontegui va a la suya y no cosecha más que amistades, los otros dos pilotos españoles de la cilindrada más pequeña son dos lobos: Jorge Martínez Aspar, como ilustre veterano que se resiste a dejar de ser competitivo y protagonista -es el piloto en activo más laureado-, y Emili Alzamora, como novato dispuesto a comerse el mundo. Ambos tuvieron una relación turbulenta hace dos temporadas, cuando Aspar integró al prometedor Alzamora en su equipo, pero después no pudo mantenerle. Fue algo que el piloto de Lleida no ha olvidado. En las dos primeras carreras del Campeonato de España, Alzamora empezó su venganza. Y quiere seguir en el Mundial. En los entrenamientos para el Gran Premio de Australia dio el primer paso al ser séptimo, mientras que Aspar fue 17º. Torrontegui quedó décimo y la pole position la obtuvo el alemán Dirk Raudies (Honda).
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